Comienza
la conferencia con la disertación del doctor Cia,
quien la inicia con el concepto de inteligencia para
describir después la estructura del cerebro y su
funcionamiento.
Los
dos hemisferios cerebrales
Define la inteligencia como la capacidad de poder leer
entre líneas; ser capaz de entender qué hay debajo
de lo que se está explicando.
La fundamentación se encuentra en los importantísimos
avances en las investigaciones sobre los mecanismos,
los circuitos, las estructuras cerebrales, que se
relacionan con el funcionamiento del cerebro,
efectuados en la década del ’90, llamada la “década
del cerebro”.
Tenemos dos hemisferios cerebrales y cada uno de ellos
tiene funciones específicas. El hemisferio izquierdo
es el que se encarga del pensamiento lógico, analítico,
racional; el hemisferio derecho, de lo emocional. Hay
conexiones entre ambos hemisferios, que tienen dos
estilos cognitivos diferentes.
En el hemisferio izquierdo se asientan los centros de
nuestro lenguaje. De ahí que cuando hay una lesión
(por ejemplo, una hemiplejia) que afecta el hemisferio
izquierdo, la persona tiene el problema de no poder
expresarse y muchas veces no puede entender. Esto se
llama afasia, y ocurre porque en ese hemisferio se
encuentran los centros del conocimiento verbal.
Este hemisferio izquierdo que se basa en un
conocimiento secuencial a través del tiempo, es analítico
y racional; tiene que ver con lo intelectual
propiamente dicho, con lo explícito y con lo
objetivo.
En cambio, el hemisferio derecho está más
desarrollado en las personas con tendencia estética,
artística, musical; tiene que ver con las habilidades
no verbales y la comprensión de conjuntos, con lo
simultáneo, lo espacial y lo musical. La codificación
es analógica; se basa en pensamiento por analogías.
El hemisferio derecho tiene cualidades de síntesis,
se relaciona con la intuición, la imaginación, con
lo subjetivo y lo emocional. De ahí surgen los
conceptos de inteligencia y aprendizaje emocional.
Se ha comprobado que, en las personas que sufren
depresión, hay alteraciones sobre todo en la parte
frontal y temporal del hemisferio derecho.
Ambos hemisferios están conectados; hay dos cerebros
y dos estilos cognitivos.
A lo largo de la evolución, el cerebro humano de tres
partes principales. Una de esas partes tiene que ver
con las funciones básicas, vegetativas, y que sería
igual al cerebro de los reptiles. Hay otro sistema que
aparece con los mamíferos superiores y es la parte
central. Pero la parte más importante para entender
qué es lo emocional, es el sistema límbico o cerebro
emocional.
El
cerebro emocional
En éste se asientan los circuitos que tienen que ver
con las emociones básicas: con la alegría, la
tristeza, la rabia, etc. A medida que ha ido
progresando la escala evolutiva y se ha llegado al ser
humano, se fueron agrandando los hemisferios
cerebrales, la corteza y la neocorteza.
Hay una estructura que se llama cuerpo calloso, que es
como un puente que une los dos hemisferios cerebrales.
Es una banda ancha de axones, que permite una conexión
amplísima entre el cerebro intelectual y el
emocional.
En condiciones normales, resulta difícil distinguir
lo que es y no es emocional, ya que prácticamente a
todos los hechos de la vida le damos un tinte
emocional. No podemos aislarlos de las emociones.
Siempre hay algo que nos mueve y nos conmueve. Es
decir, que las células cerebrales están ampliamente
conectadas en los dos hemisferios.
¿Cómo se procesa la información que nos llega,
desde el punto de vista esquemático?
Por ejemplo, ante un estímulo amenazante hay dos vías:
una sería la racional que utiliza el sistema hipocámpico,
y que se relaciona con la parte central del cerebro;
es decir, con los pensamientos, con la evaluación de
los detalles, del contexto, etc. La otra forma de
procesar es la que moviliza la memoria emocional.
Estos dos aspectos se complementan y constituyen un
todo.
La parte emocional está mediada por una estructura
pequeña que se llama amígdala del cerebro. Se
encuentra en el centro del cerebro, y donde nos llega
lo emocional, por medio del oído, de la vista, y de
los otros sentidos. Es el lugar donde se procesan las
emociones.
Por otra parte, esta estructura está ligada al lóbulo
temporal del cerebro que es donde están implicadas
las emociones desde el punto de vista más elaborado.
En cuanto al sistema hipocámpico, últimamente se ha
descubierto que tiene una importancia fundamental pues
allí es donde registramos todo lo que nos llega a la
memoria; todos los recuerdos se registran allí. Esta
es la estructura que se atrofia con el envejecimiento,
con la enfermedad de Alsehimer, o en las personas muy
estresadas, que no pueden registrar o recordar lo que
van viviendo. Si a una persona anciana que tiene
afectado este sistema, se le pregunta qué hizo ayer,
no lo puede recordar, pero sí puede evocar lo que le
pasó hace 30 o 40 años.
Los centros emocionales, con el hipocampo, el sistema
límbico y la amígdala, tienen una serie de circuitos
que se conectan con la corteza cerebral. Por eso, una
vez que se vivencia una emoción, hay un registro o un
aprendizaje más sutil que se da en la corteza
cerebral.
Las emociones inconscientes, se hacen conscientes
cuando llegan a la corteza. Por otra parte, se
conectan los dos hemisferios cerebrales y pasa la
información de un lado a otro. Ésta sería la
información objetiva, pero también la información
emocional a través de estas estructuras, pasan de un
hemisferio a otro.
Además, si llegan informaciones o señales que entran
por los sentidos, van al tálamo. De aquí, esta
información emocional tiene dos vías: una que va rápidamente
a la amígdala para procesarla y decirnos: “estás
en peligro, hay que alejarse”. Y hay otra vía que
es más lenta, que pasa por la corteza y que implica
pensar.
Al llegar los estímulos emocionales, van de la amígdala
a la corteza frontal, donde son elaborados y donde
pensamos; a partir de allí, decidimos qué es lo que
vamos a hacer; es decir, damos la orden motora.
La parte anterior del cerebro o corteza frontal, es
donde está nuestro pensamiento superior. La capacidad
que tiene el hombre de anticiparse, de postergar una
gratificación inmediata sabiendo que más adelante va
a tener otra cosa, y de proyectarse al futuro, reside
en esta parte del cerebro que es la corteza frontal.
Por otra parte, este procesamiento emocional también
va a otro lugar que se llama hipotálamo. A partir de
ahí se produce una serie de transformaciones, muchas
de ellas inmediatas que hacen que las emociones se
manifiesten de alguna manera más física, como
transpirar, acelerar el pulso o la respiración, etc.
De manera que una serie de cambios hormonales nos
permite una respuesta de defensa que puede ser, en
algunos casos, prepararnos para luchar; en otros
casos, huir, escapar, y en otros, quedarnos
paralizados sin saber que hacer. Todas éstas, son
respuestas automáticas que tienen que ver con el
procesamiento emocional.
Son distintas áreas del cerebro las que se activan
cuando hablamos, nos movemos o analizamos algo. En la
parte posterior tenemos el procesamiento visual, donde
existe todo un archivo de imágenes. Esto permite
cotejar nuestros recuerdos de imágenes pasadas como
las caras conocidas, con las que nos toca ver en el
momento. Por otra parte, el pensamiento superior se
relaciona con la parte frontal del cerebro.
Cómo
aprendemos
Pasando ahora al concepto de aprendizaje y asimilación
de nueva información, diremos que los seres humanos
tenemos diferentes formas de aprender. Una teoría que
lo explica, sería la del condicionamiento clásico.
Ejemplo clásico es el de Pavlov, que se puede
observar en los animales.
En el ser humano es más elaborado y se trata del
condicionamiento operante, descripto por un autor
llamado Skinner. Sería el aprendizaje basado en un
refuerzo, ya sea positivo o negativo. Reforzar
positivamente a una persona es gratificarlo de alguna
manera cada vez que efectúa una conducta deseada.
Ejemplo: a un chico le prometo comprarle un helado si
se porta bien.
Otra forma de aprendizaje es por el ensayo y el error.
Uno prueba una serie de veces una acción hasta que le
sale bien.
Otra forma fundamental de aprendizaje es el
aprendizaje social por imitación, que se da en todos
los chicos. ¿En qué consiste el modelado?. Consiste
en la transmisión de padres a hijos formas de
comportamiento, que muchas veces son no verbales. Éste
sería un método indirecto de socialización, con el
que vamos asimilando reglas sociales y determinados
valores que nos transmiten los mayores. También en
los animales superiores como los primates, se da el
aprendizaje por identificación.
Otra forma sería el referenciamiento social. Éste
consiste en guiar las propias emociones sobre la base
de los sentimientos de los demás. En todo esto
interviene lo emocional. Son formas de aprendizaje
emocional.
La
inteligencia emocional
En este tema hay cinco aspectos principales. Uno de
ellos es conocer las propias emociones y sentimientos
en el momento que están ocurriendo. Es decir, tomar
conciencia de que estamos movilizando determinadas
emociones.
Otro sería el manejar las emociones; tener capacidad
para serenarnos, librarnos de la ansiedad o la
irritabilidad. Esto muchas veces no es posible, y por
eso existe toda una serie de trastornos que tienen
muchas personas producidos por el estrés y la
ansiedad. Pero se puede aprender o reaprender la
manera de intentar manejar este tipo de cosas
aparentemente ingobernables.
Otro sería el autodominio emocional que consiste en
postergar la gratificación, contener la impulsividad.
Esto nos diferencia de los seres irracionales, y nos
permite desarrollar la espontaneidad, la creatividad,
la capacidad de imaginar, de innovar, etc.
Por otra parte, reconocer las emociones de los demás,
nos permite establecer una empatía con otras
personas. Esto también tiene que ver con la
inteligencia emocional, porque es la capacidad de
establecer una empatía con otras personas, una
corriente afectiva, una corriente de mutuo
entendimiento, que muchas veces va más allá de las
palabras.
Existe además, la habilidad para manejar las
relaciones interpersonales, que es muy importante para
todo profesional. Esta habilidad se relaciona con la
capacidad de competencia social y de liderazgo.
Pasando ahora a lo cognitivo, vemos que puede haber en
el ser humano una serie de distorsiones internas del
pensamiento.
Distorsiones
del pensamiento
Todos nosotros, más allá de lo que hablamos con los
demás, permanentemente y en forma mental, estamos
dialogando con nosotros mismos. Hay una especie de diálogo
interno que establecemos cuando vamos caminando,
cuando estamos pensando, nos decimos a nosotros mismos
una serie de cosas, que muchas veces las tomamos como
si fueran ciertas y reales. Serían los llamados
pensamientos automáticos.
Otros autores lo llaman diálogo interior, que es
bastante subjetivo y muchas veces esquemático y
distorsionado. ¿Cómo lo distorsionamos?. Hay
diversas formas de hacerlo:
Una de ellas, es filtrando ciertas cosas, generalmente
las positivas; ignoramos lo positivo y seleccionamos
determinados aspectos negativos y nos quedamos allí
pegados.
Otra forma de distorsionarlo, es tener un pensamiento
polarizado, dicotómico. ¿Qué quiere decir esto?.
Que no hay una gama, un espectro; que es blanco o
negro. Estamos en una posición extremista.
Otra distorsión es la sobre generalización: a partir
de algo que nos pasó una vez, es lo que nos seguirá
pasando. Otra forma es la visión catastrófica:
pensar que las cosas son más graves de lo que son.
Otra, es el razonamiento emocional: creer que lo que
se está sintiendo tiene que ser verdadero automáticamente.
Muchas veces lo que uno está sintiendo no es
exactamente la verdad.
Otra, es ser demasiado rígido y exigente con uno
mismo, y pensar siempre el “debería”.
Todos estos serían los pensamientos automáticos, y
para uno mismo este diálogo interior es creíble; no
los cuestionamos; no los sometemos a un análisis lógico.
Nos aparecen permanentemente y determinan juicios o
interpretaciones que impresionan como verdaderos.
Estas son posibles alteraciones que se relacionan con
lo emocional. Les damos un valor de verdad parecido a
las percepciones sensoriales; si son pensamientos
negativos, se tiende a suponer lo peor. Ante estas
situaciones, tenemos que decir cuáles son las
evidencias aceptables; es decir, en qué medida se van
a concretar.
Ejemplo: si una vez a uno le fue mal en un examen,
decir “yo no sirvo para esto”, “siempre me va a
ir mal”, “soy un fracasado”, etc., es pensar en
términos de todo o nada.
Si los pensamientos están basados más en
sentimientos que en hechos, o si pensamos en términos
de certeza en lugar de considerar posibilidades
porcentuales, los estamos distorsionando.
Ejemplo: las personas que tienen miedo a viajar en avión
por temor a un accidente, piensa: “seguro este avión
se va a estrellar”. Pero si uno analiza la
posibilidad estadística de que esto ocurra, es
bastante menor que tener un accidente automovilístico.
Generalmente las personas que tienen distorsiones de
este tipo utilizan palabras o frases extremas en términos
de “todo”, “nada”, “nunca”, “jamás”...
¿Cómo lo podemos cambiar?
De distintas formas: dar explicaciones adecuadas y
realistas; permitir que la persona compruebe lo erróneo
de sus predicciones negativas; generar, en forma
conjunta, explicaciones alternativas más realistas, más
neutrales; no dejarse llevar por la emoción; ampliar
la perspectiva mediante la redefinición de cada
situación y reconocer que también tiene aspectos
positivos; desarrollar la imaginería, la visualización
positiva.
También puede hacerse con técnicas de dramatización,
aprendizaje de roles y también afrontando el temor o
la situación que se teme. Pero esto hay que ir haciéndolo
poco a poco, gradualmente, para ir afrontando las
cosas.
Creencias
Con este conjunto de pensamientos vamos modelando
nuestras creencias y en muchos casos éstas pueden ser
irracionales y muy arraigadas.
Éstas serían creencias equivocadas que nos vamos
creando a lo largo de nuestro desarrollo y que después
nos van limitando en la vida.
Esto tiene que ver con tres grandes temas. En primer término,
el tema de la aceptación: sentirse aceptado, querido
por los demás, que los demás aprueben lo que
hacemos. “Los demás” es a partir de los padres,
los familiares, otros seres queridos, etc.
El segundo tema es el de la competencia, que para
muchas personas es una autoexigencia muy grande:
sentirse permanentemente competente, exitoso, casi
perfecto en todo lo que emprende.
El tercer tema es el de la hipernecesidad de control
en todos los aspectos de la vida. Son personas que
permanentemente quieren controlar; en el trabajo todo
lo que sea de la oficina, y cuando está en la casa,
quiere controlar todo lo que allí está pasando.
Estas personas suelen decir “no quiero que los demás
me digan lo que tengo que hacer”.
Todas estas creencias irracionales (tanto la de
aceptación, la de competencia y la de control),
pueden dominar la vida de muchas personas y generarle
bastantes insatisfacciones vitales.
Trastornos
de ansiedad
El expositor continúa su disertación pasando a un
tema propio de su quehacer médico habitual: los
trastornos de ansiedad, pues él trabaja habitualmente
con personas que tienen ansiedad u obsesiones o fobias
de distinta índole.
Al respecto informa que las consultas más frecuentes
son de personas que sufren ataques de pánico. Este
miedo o malestar intenso es producido por una
hiperactivación de lo que sería el centro de alarma
del cerebro. Esa sensación se acompaña de ciertos síntomas
físicos que hacen creer a la persona que está por
tener un ataque cardíaco. Estas crisis son repetidas
e inesperadas.
¿Qué es lo que le pasa a una persona con un ataque
de pánico?. Tiene un temor persistente e intenso ante
la posibilidad de que le dé un ataque de nuevo y que
se va a desmayar, a volverse loco o a morir. A partir
de ahí, se desarrolla un miedo muy grande, miedo a
andar solo, a quedarse solo, a quedar encerrado y no
recibir ayuda, etc.
Es decir, hay una alteración muy importante del
pensamiento emocional.
La base del tratamiento de esto, es reaprender de
manera práctica a través de ejercicios que hacen que
la persona normalice sus pensamientos y sus
sensaciones corporales; que llegue a sentir esas
sensaciones físicas sin tener miedo.
Por ejemplo, uno de los temores más importantes de
una persona que tiene pánico, es a marearse y
desmayarse. Para esto, un ejemplo de lo que puede
hacerse es provocar el mareo ex profeso, como lo hacíamos
jugando cuando éramos niños: dando vueltas.
El aprendizaje emocional, por ejemplo, por medio de
estos ejercicios, sería cambiar ese miedo por las
sensaciones corporales como el mareo. Este sería un
ejemplo del aprendizaje emocional que utiliza este
tipo de tratamientos.
Lo que se tiene que cambiar es el ciclo del miedo.
Porque todas las personas se dicen a sí mismas las
mismas cosas: “estoy perdiendo el control”, “voy
a tener un ataque, voy a morirme”
El otro gran tema es el de la fobia social: el miedo a
sentirse humillado o avergonzado en situaciones
sociales. Es el tema de la timidez, de las personas
que tienen dificultad para relacionarse. Es muy
frecuente. Una persona de cada diez o cada ocho, sufre
de esto. Se llama ansiedad social y puede ser
modificado.
En estos casos, la persona es consciente de que su
temor es excesivo e irracional, pero no puede
superarlo. Entonces, es necesario hacer un
reaprendizaje emocional para ir adquiriendo poco a
poco, seguridad en uno mismo, y poder superar tanto
los síntomas físicos como los psicológicos que se
dan en diferentes situaciones.
Las personas que tienen fobia o ansiedad social, ante
una demanda social e interacción con los demás,
sienten que no van a poder cumplir; tienen temor
acerca de eventos futuros; temen desempeñarse mal.
¿Cuáles son las situaciones típicas?. Ejemplos: en
una entrevista para obtener un empleo, hablar con una
persona considerada de autoridad o jefe; dar un
examen; relacionarse con alguien del sexo opuesto;
interactuar en una fiesta; hablar en un grupo;
escribir delante de los demás. Pueden ser muchas las
situaciones, en las cuales la persona siente que se va
a desempeñar pobremente. Tiende a retraerse, a
disminuir su estima, a sentirse insegura, etc.
Todo esto puede ser superado mediante el reaprendizaje
emocional, con las técnicas que hemos mencionado como
el aprendizaje de roles y dramatizaciones.
Reuniendo a las personas que tienen esta dificultad,
se trata que vayan desempeñándose en una situación
de ensayo, probando en un ambiente más seguro; se le
va dando otra autoimagen.
A
continuación, sigue la Dra. Nora Fusillo quien,
apelando al título de la conferencia: Educabilidad e
inteligencia emocional, hace una primera salvedad en
lo que se refiere a educabilidad y plantea al
expositor que la precedió, un interrogante basándose
en los últimos estudios de indigencia y de problemas
de desarrollo mental, de cómo afecta la falta de
proteínas durante el embarazo para el desarrollo del
hijo.
A esto responde el Dr. Cia que en el tema de
hiponutrición, existen una serie de aminoácidos
esenciales que hacen a la síntesis proteica, la cual
tiene que ver con la memoria a largo plazo, con el
desarrollo de la inteligencia y con muchas otras
cuestiones. Aclara que no sólo influye la alimentación
física sino también la “alimentación” afectiva
y psicológica.
Todo va a redundar en que se formen redes y conexiones
neuronales más complejas. Por ejemplo, en las
personas que son permanentemente estimuladas, se van a
formar redes neuronales más intrincadas y ante
cualquier carencia, después pueden suplirla mejor que
una persona que ha tenido una pobre estimulación y
también una pobre alimentación.
A continuación, sigue la Dra. Fusillo aclarando que,
a medida que fue preparando el tema de la conferencia,
fue reuniendo en los últimos meses, una serie de
notas periodísticas donde encontró informaciones
como esta: a) hay 1.650.000 menores de 15 años que
están bajo riesgo de desarrollo limitado, b) una de
cada tres embarazadas sufre anemia.
Se refiere luego al “alimento afectivo”, y al
respecto manifiesta que el último estudio que se
publicó información que el 50 % de los embarazos en
la Argentina no es planeado (siendo éste un tema para
la cuestión del soporte afectivo). Con estos datos
puede decirse que hay gente que está por debajo de
ejercer el derecho humano de educarse, porque va a
tener dificultades para afrontarlo.
Agrega la Dra. Fusillo que Edward de Bono, cuando
estuvo en la Argentina hace poco, decía que “la
educación actual desperdicia dos tercios de los
talentos de los seres humanos”. También decía que
ser inteligente no sólo significa saber pensar. Es
como si hasta ahora hubiéramos vivido apoyados en una
mitad del cerebro: la parte lógica, racional, y como
si la otra mitad no existiera. Pero ahora empieza a
moverse este otro enfoque.
Al respecto, la disertante aclara que va a efectuar
tres abordajes: uno relacionado con la inteligencia
emocional de Goleman; otro de la inteligencia exitosa
de Robert Stemberg; otro de la inteligencia genial de
Leonardo Da Vinci, y algo de las emociones de John
Glade.
La
inteligencia emocional
La Dra. Fusillo destaca el gran valor de Daniel
Goleman que con su libro “Inteligencia emocional
aplicada a la empresa”, llevó un concepto que
estaba en una elite científica a un consumo masivo, e
hizo que comenzáramos todos a reparar en este tema:
tanto los educadores como los empresarios. Y esto no
es poca contribución.
Este concepto de inteligencia emocional, quiere decir
“ser inteligente es desde un lugar que incluye las
emociones”. E introducirlo en las empresas es muy
valioso aunque todavía no lo estamos notando en el
corto plazo porque esto lleva tiempo. Pero la gente de
recursos humanos, en algún momento, va a empezar a
trabajar con este concepto y va a ir avanzando, lo
cual es muy importante.
“Hay algo sobre lo cual discrepo con Goleman –dice
la Dra. Fusillo– cuando él llega a hablar del
manejo de las emociones ajenas o de tácticas
afectivas para persuadir o influir en los otros; esto
es una cuestión de valores, de soberanías”. Y
luego agrega que esto les pasa también a los
neurolingüistas, y que también ocurre con la ontología
del lenguaje. O sea, hay veces que, si no hay un marco
de valores fijado, se llega a este tipo de
confusiones.
Otra cuestión es la de apoyarnos en el autocontrol,
en el autodominio; apelar a lo volitivo como
respuesta. Esto sigue siendo débil para uno. Más
bien hay que apelar a las armonías internas que se
crean desde otros espacios, empezando por el
reaprendizaje por medio de técnicas como la de
visualización creativa.
Es decir, hay formas de llegar a conectarnos con la
intuición, la creatividad y la innovación, que son
recursos más genuinos que el hecho de ponerle más
control al control, ya que en este último caso tendríamos
que apelar a lo volitivo.
La
inteligencia exitosa
En cuanto al enfoque de la inteligencia exitosa,
Stemberg parte de una fórmula más amplia que incluye
la inteligencia. Este autor hace un trabajo muy
importante para revisionar lo que se refiere al
cociente intelectual y a los famosos tests de
inteligencia.
El foco ha sido apuntarles a esas formas de medición
que se usan no sólo en recursos humanos, sino también
en las escuelas para la admisión, y que se centran
todavía en el cociente intelectual.
Stemberg empieza diciendo que la inteligencia que nos
conduce al triunfo es distinta, tanto del cociente
intelectual como de la inteligencia emocional. Este
autor nos dice que hay tres aspectos: el creador, el
práctico y el analítico. Es decir, hay tres tipos de
pensamientos.
Y agrega que, quienes poseen estos tres tipos de
pensamientos, son personas motivadas, autocontroladas
(pero no por imposición), perseverantes e
independientes, pues disponen del saber práctico
necesario para encontrar la manera de superar sus
limitaciones. Son personas que hacen un análisis de
sus fortalezas y sus debilidades; lo tienen claro,
porque su seguridad y autoestima les permite hacerlo.
Poseen, además, una inteligencia que se puede medir y
desarrollar.
Explica Stemberg, que tener una inteligencia exitosa
es pensar bien de tres maneras diferentes:
1)
La
inteligencia analítica la define como la que se usa
para resolver problemas; implica la dirección
consciente de nuestros procesos mentales para
encontrar una solución a un problema.
2)
La
inteligencia creativa es la que estaría implicando al
hemisferio cerebral derecho, y se usa para decidir cuál
es el problema a resolver.
3)
La
inteligencia práctica se usa para llevar a la práctica
las soluciones. Es salir de la inteligencia emocional.
Es como una cuestión más integradora. Edward de Bono
la venía trabajando desde otro lugar, como aparece en
su libro “Seis sombreros para pensar”.
Stemberg
dice que las personas con inteligencia exitosa no
establecen fórmulas ni determinan nada; simplemente
incuban. Esto significa que, enfrentados a un problema
lo analizan detenidamente y luego usan estrategias
creativas para encontrar la solución.
La resolución de conflictos es creatividad; en vez de
reaccionar frente a una ofensa o agresión de otros,
responder implica creatividad. Resolución de
conflictos implica creatividad.
Este autor dice que la gente tiene un cociente
intelectual pero que éste no cuenta. Ante esto
reflexionamos: ¡cuánto tiempo hemos estado basándonos
en el cociente intelectual, en los famosos tests de
medición de la inteligencia!.
El peligro de esto reside en que pasamos por alto
mucha gente talentosa en distintos campos de estudio,
simplemente por la manera en que medimos la
inteligencia. En las escuelas hay un cierto nivel de
chicos que cae en una franja donde se los considera
como menos hábiles, cuando en realidad, tienen
habilidades diferentes; y que en vez de integrarlos,
los separamos.
Por otra parte, están los que se exceden; son los
hiperquinésicos, los que se aburren. A éstos tampoco
los podemos integrar, porque estamos haciendo las
cosas dentro de una franja muy limitada.
Si pensamos en la escolaridad como preparación para
el mundo del trabajo, debiéramos preguntarnos si se
requiere y se desarrolla el pensamiento creador. Los
que están trabajando mediante la psicogénesis en el
jardín de infantes y en la primaria, van bien; pero
esto se fractura bastante en el secundario. Hay
honrosas excepciones, pero allí –en el secundario-,
se vuelve a la repetición, a la memoria, al monólogo.
La mayor parte de los trabajos deberían producir
ideas propias a fin de mantener la competitividad y
dejar de repetir memorísticamente, como se sigue
siendo. Parece ser que se trabaja más la repetición,
la memoria, en vez del posicionamiento, saber elegir,
o sostener una ponencia; aún hoy, esto sigue siendo
poco frecuente.
La ironía reside en que lo que es mejor para el
individuo, es mejor para la organización. El
desarrollo personal es determinante del desarrollo
profesional. Se puede ser un buen técnico, pero si no
se tiene las habilidades sociales, comunicacionales,
relacionales en general, de trabajo en equipo, no se
está al día con los requerimientos actuales.
En el pasado, con pleno empleo, uno decía: “qué
pena esta persona que es tan capaz y sin embargo no
hace carrera en la empresa”. Pero en fin, tenía
trabajo aunque no estaba al nivel de su preparación.
Actualmente, este tipo de gente se cae del sistema y
tampoco tiene la fuerza para abocarse a la tarea de
hacer emprendimiento.
Por eso, este tema de replantarnos las cosas en estos
momentos de crisis, como todas las crisis, es la
oportunidad de ir a fondo en una cantidad de cosas que
estaban tapadas, pero que siempre existieron.
Y pensar en este conjunto amplio de habilidades no sólo
beneficia al individuo sino que también lo hace en
cualquier organización que integre. Le genera a la
persona calidad de vida, armonía interna, que se
irradia al grupo de trabajo y a la organización, lográndose
la excelencia como consecuencia.
Esto es lo que la gente de empresa, con el tiempo, va
a llegar a traducir realmente en hechos cuando se
preocupe en trabajar en el desarrollo personal. Todavía
se preocupa más por lo técnico, porque es más
seguro; lo otro significa que nos exponemos ante
nuestros pares; el lugar de la empresa resulta también
un medio difícil para desarrollar estas habilidades
por los problemas de competencia que vivimos.
De todos modos, es algo que de a poco va ir desarrollándose
con el transcurso del tiempo.
La doctora Fusillo manifiesta también que la
inteligencia es modificable. Habría que apostar a lo
que se tiene de base, y tomarlo como piso y no como
techo, para el desarrollo personal.
En el ámbito escolar, se tiende a premiar lo que no
son habilidades importantes para la vida futura. Por
ejemplo, en las evaluaciones hacemos foco donde no está
el foco, que es la temática que nos ocupa, y se
desalienta a muchos talentosos y creativos, que tal
vez sean más ansiosos e inquietos que otros en el
aula.
El docente a veces no está preparado, no tiene
suficientes recursos de formación para poder
advertirlo y llevar a cabo las acciones
correspondientes.
La Dra. Fusillo agrega que las personas con
inteligencia exitosa se hacen cargo de sus fuerzas y
debilidades, capitalizando las primeras y corrigiendo
las segundas. ¿Cómo hacerlo?. Con autoestima. Hay un
trabajo de reconocimiento que se debería trabajar en
la escuela.
Algo
más sobre las emociones
A continuación, la disertante habla de los libros y
seminarios dictados por John Glade sobre la mal
llamadas emociones negativas, porque a veces nosotros
nos anclamos tratando de evitar la tristeza queriendo
escapar de ella.
En realidad, las emociones están ahí para que le
encontremos la causa para poder resolverlas enfrentándolas.
Al respecto, este autor dice que hay emociones que
sanan, por ejemplo, la furia, el enojo, la tristeza.
Son puertas a abrir. Frente a la emoción, la
reconozco y me pregunto: “¿qué me está pasando?;
¿por qué me siento así?”. Es decir, hago un
trabajo de inteligencia emocional; trabajo la emoción
desde adentro mío y no se la traslado al otro; de
esta manera, voy a volverme mucho más tolerante.
Cuando aprenda a hacer este tipo de manejos internos
–pero no como autocontrol sino como proceso-, voy a
favorecer una especie de efecto de purgar, como de sacármelo
del cuerpo.
También están las emociones que verdaderamente
detienen, pero que es necesario reconocerlas: cuando
uno se siente con resentimiento o se tiene odio. Éstas
son emociones que bloquean, pero que hay que
reconocerlas y no escaparles. Siempre hay que llegar a
tomar conciencia para reaprender y salir de allí.
Otra emoción es el miedo. Éste, en cierta forma, es
preservador, nos defiende en la vida. Pero cuando se
dispara, algo está pasando.
El dolor es también válido, pero lo que es
innecesario es el sufrimiento. Esto no lo dice sólo
este autor; también lo dice Anthony De Melo, porque
es prolongar el estado de dolor. El dolor es
inevitable, pero lo importante es no quedarse aferrado
a él.
La Dra. Fusillo remarca que, aceptar nuestra
vulnerabilidad es lo que nos va a hacer fuertes. La
fortaleza surge de convivir con nuestras debilidades,
aceptándolas. Hay que inventariar tanto las
fortalezas como las debilidades.
Siempre nos cuestionamos por lo que aún no logramos,
en vez de valorarnos por lo que sí hemos logrado. Hay
autores que sostienen que es importante expresar las
emociones en vez de reprimirlas, pero con la condición
de respetar al otro; ser fiel a lo que uno siente pero
no agredir al otro.
Vuelve sobre el tema de trabajar las cuatro emociones:
la furia, la vergüenza, la culpa y la tristeza. ¿Cómo
las cambiamos?. La fuerza de la furia la uso para
pasarla a positivo. Respecto de la vergüenza, debo
preguntarme ¿por qué avergonzarme?; por qué no
decir: estoy aprendiendo, mañana me va a salir mejor
y hoy me fue mejor que ayer pues aprendo de mis
errores. En el tema de la culpa, si me acepto
imperfecto, ya supero esa culpa. En cuanto a la
tristeza, se resuelve agradeciendo el don de la vida.
La
inteligencia genial
Ésta fue, sin duda, la de Leonardo Da Vinci. En ella
interviene la curiosidad; esa avidez hasta casi la
voracidad, por buscar, investigar, de ir por más, de
no conformarse. Después se trabaja en la demostración;
en comprobar cosas. Aquí es donde funciona la intuición
y cuando la idea se va acercando.
Puede asegurarse que Da Vinci es el ejemplo de la
integración perfecta de lo artístico y lo científico.
Ninguno tiene preponderancia sobre el otro; es como un
equilibrio de la lógica y la imaginación. Por otra
parte, se tiene el reconocimiento de la interconexión
de todas las cosas y de todos los fenómenos que ubica
el pensar en términos de sistema.
Por todo esto, Leonardo es intemporal, porque los
genios son intemporales.
Con este tema se dieron por terminadas las
exposiciones, desarrollándose a continuación, un
espacio destinado a contestar las preguntas formuladas
por los presentes. Finalizó la reunión con un
agradecimiento a los oradores por su valiosa
participación, en nombre del Consejo Profesional de
Ciencias Económicas de la Ciudad Antónoma de Buenos
Aires. |