Autores: Dres.
Nancy Asproni, Cora Báez, Mirta Graciela Bomparola, Carlos A. Colussi, Juan Carlos
Garayalde, Mirta Isabel González, Horacio A. Sandler, Diana Patricia Schwarzman y
Alejandro Ramón P. Zeballos |
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Introducción:
En el año 1994 comenzaba a funcionar la Comisión Especial de Negociación, Mediación y
Arbitraje. El Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires
abría un espacio donde estas especialidades pudieran ser debatidas y construidas. ¿Qué
papel podía desarrollar el profesional en ciencias económicas en estas incumbencias?
¿De qué manera estos nuevos saberes mejoraban nuestra formación? ¿Cómo podían
relacionarse estos conocimientos con las ciencias económicas?
Desde aquel momento estamos trabajando fuertemente comprometidos con crear
valor desde una visión sistémica y abarcativa para poder utilizarlo en lo cotidiano
dentro de las organizaciones que asesoramos.
Este trabajo que estamos presentando tiene dos objetivos fundamentales: el
primero es dar a conocer los lineamientos epistemológicos necesarios para comprender los
procesos conversacionales y, por lo tanto, la negociación y la mediación, y su relación
con el mundo empresario. El segundo objetivo es permitir al lector una comprensión más
profunda, más acabada de las posibilidades que el estudio de las conversaciones ofrece
para el conocimiento y desarrollo de las empresas e intervenciones de profesionales en
ciencias económicas para mejorar su eficiencia y calidad y ampliar sus competencias.
Pero, de qué hablamos cuando decimos conversaciones. Hablamos
de interacciones, de construcciones a través del lenguaje, donde las personas
intercambiamos energías, creencias, acciones. Hablamos de negociaciones porque negociar
es justamente eso, intervenir con la palabra entre personas que tienen distintos
intereses, con el fin de llegar a un acuerdo que permita que todos los involucrados puedan
sentirse satisfechos.
Usamos el concepto organización cuando queremos unificar la
tarea de un grupo de personas que a través de sus palabras, sus acciones, sus creencias,
sus objetivos comunes, hacen que esa organización exista, que tenga identidad propia,
más allá de esas personas que la integran.
En este proceso de crecimiento y desarrollo de la empresa, los sujetos
tenemos un papel básico y fundamental. La organización no existe sin nosotros y nuestras
conversaciones sólo cobran sentido cuando hay personas que la integran, únicos seres con
capacidad de hablar y de pensar.
Nuestros códigos, nuestras conversaciones existen a través del lenguaje.
La organización no puede pensar ni pensarse, en todo caso, tiene personas que piensan y
la piensan, y de ese modo la construyen.
Este concepto, que tiene que ver con una mirada constructivista cobra
ímpetu en estos tiempos, de allí nuestra interpretación de considerar a las
organizaciones como redes conversacionales. El momento fundacional de una organización
es, necesariamente, una conversación entre personas con intereses comunes.
Estudiar las conversaciones que se desarrollan en una empresa implica
conocer las interacciones, las metas personales, los puntos clave para crear valor, la
integración de los objetivos empresariales con las necesidades de las personas.
Dónde existe Coca-Cola? Dónde existen las Naciones Unidas? Existen en el
lenguaje. Si cambian de sede, seguirán existiendo en el lenguaje. No es el domicilio el
que les da existencia, sino las conversaciones que las crearon y las mantienen vivas. Y si
las conversaciones son, al final, negociaciones, ¿deducimos que una organización es una
red conversacional o de negociaciones? ¿concluimos que podemos crear valor a través de
intervenciones con la palabra como asesores de empresas? Esto es lo que veremos a
continuación. |
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