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PublicadoPublicado: 01/02/2008

Natación
30º Maratón acuática Balneario Áfrika - Villa Gesell 2008
Nuestro equipo de natación participó de la 30º Maratón Acuática que organiza el Balneario Áfrika de Villa Gesell, que consta de un recorrido en el mar de 4 km, que se deben nadar paralelo a la costa, detrás de las rompientes, partiendo desde un lugar que cubra el trayecto, dependiendo de la corriente en el momento de la partida, siempre con corriente a favor.

El 26 de enero, el viento estaba del nordeste, con lo cual partimos de la zona norte de Villa Gesell, para culminar el trayecto en el Balneario anfitrión, ubicado a escasos 300 metros del muelle.


Después de varios días de organización y planificación, ¡¡cuanto costo organizarnos, jaja!!, de
ansiedad y nerviosismo por parte de muchos que no habían nadado nunca en el mar, nos reunimos todos el viernes a la noche, cena mediante, a la 1 de la mañana hora en que arribó el último pelotón.

El sábado, 8.30 de la madrugada, estabamos en el balneario, ya preparados para trasladarnos al lugar de la partida, cosa que hicimos alrededor de 180 nadadores, cuya única vestimenta eran malla, gorro y antiparras.


Ahí estabamos frente al mar revuelto, y con una deriva muy fuerte hacia el sur, cosa que nos hizo retrasar para ver cual era el mejor lugar para entrar y que no nos derive antes de pasar por la primera boya (que no era boya sino un gomón rojo o ¿era naranja?).


En todos las competencias de aguas abiertas, la partida genera mucho nerviosismo, la ansiedad del momento, la cantidad de gente, y específicamente en el mar, el no saber que va a hacer el que va adelante o atrás, si se agacha o se zambulle para pasar la ola, si la pasa por arriba o por debajo, si nada o si camina, en fin, no solo depende de uno sino de lo que hacen los demás.


Particularmente, mi partida no fue de las que mas haya disfrutado, porque en los intentos de pasar las rompientes, el mar se empecinaba en tirarme para la costa, cosa que me hizo hacer mucha fuerza y tener mucha paciencia, al tener que encarar un par de veces la misma rompiente.


Pero los intentos no fueron en vano y llegue al ansiado gomón, pero habiendo agotado ya casi la mitad de la energía, y me quedaban por nadar solo 3.800 metros, de los 4.000, nada más, jaja!!.
Ahí empieza a rondar por mi cabeza el famoso pensamiento en estas condiciones "..que hago acá…" hasta que entro en razones y me digo, "…es lo que querías hacer, ahora hacelo…", entonces trato de acomodarme, física y mentalmente.


El acomodamiento físico sale bastante bien, gracias al entrenamiento, lo más difícil es el mental. Para ello, comienzo a pensar cosas agradables, historias inventadas por mi frondoza imaginación que solo surgen en las carreras de aguas abiertas.


Pero esto tiene un costo muy grande, mi relajación me llevó a desviarme de tal manera que si no fuera por la gente que andaba en las motos de agua, estaría en el medio del océano, o incrustada contra el muelle, cuando me avisaron que la llegada estaba un balneario atrás, me quería morir, tenía que volver corriente en contra, otra vez hacer la fuerza del principio, pero ya sin fuerzas, al final pude cumplir mi objetivo.


En la costa estaban esperándonos los que fueron a alentarnos, compañeros de natación, gente de otros deportes, amigos, y ahí esta la mayor recompensa, que haya quien te reciba y te diga "lo hiciste", que este contento igual que vos, porque he ido varias veces a nadar sola, sin que haya nadie conocido en la llegada.


Así que, gracias mil a los que estuvieron allí, alentándonos.


Mis felicitaciones al equipo que se animó al desafío de nadar en el mar.


Por sobre todo, el placer de haber compartido con este excelente grupo de amigos-compañeros, o compañeros-amigos, un fin de semana especialmente gratificante.

Vamos por Santo Tomé.

Yolanda Llorente

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