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PublicadoPublicado: 19/08/2008

Natación
Chapa-Chapa-Chapa!! El reporte de mi primera vez
Sergio Simionato, conocido por sus habilidades en el equipo representativo de Fútbol Libre del Consejo, también demostró que tiene lo suyo en pileta. Aquí, nos relata su debut en el equipo representativo de Natación del Consejo.

Sé muy bien que este grupo tiene como costumbre que cada nadador “debutante” cuente la experiencia vivida. Por lo que leí, supongo que se trata de debuts en aguas abiertas, situación que aquí no corresponde, pero como no sé muy bien si alguna vez me interesará decididamente la disciplina sin andaniveles, vueltas americanas y con kayaks dando vueltas, decidí contarles el debut (al menos en la pileta, al menos en los últimos 15 años) con este equipo.
Cortita un reseña para no aburrir: Empecé a nadar a los 6 años, a los 8 ya competía en categorías mayores a las mías, a los 14 un deportólogo me aclaró que no podía mezclar sandía con vino, ni que me convenía combinar fútbol y natación, y ante tan crucial decisión opté por el arte de los botines y la pelota, deporte al que me dediqué de lleno y del cual viví varios años de mi existencia.

Años pasaron fuera del agua, aunque me baño bastante seguido y he chapoteado en alguna pelopincho varios domingos de verano. Hace un par de años estaba decidido a volver, no ya a recuperar aquel pescado (En ambos sentidos) que fui en alguna época infante-adolescente, sino al menos a entrenar de manera “media”. No era cuestión de tirarme bomba o palito, pero tampoco de secarme la transpiración (¿?) de tanto entrenar.


Y me cayó como anillo al dedo alguna charla con Kari Janus (El resto son zetas, kas y otras consonantes menos usadas) en las Olimpíadas de Tucumán. De alguna manera la conversación rumbeó para entrenar con el equipo, así muy por arriba.

Obviamente, meses después cuando me crucé con el “Aliscafo Carballude”, y formamos, no sé si una naranja pero sí una buena fruta, la cosa tomó más color. Fue ella la que me dio el último empujoncito al agua. Faltaba nada más el visto bueno por parte de la alta cúpula, y acá voy a mostrar mi lado chupamedia pero no por eso irreal. Elen levantó el pulgar y me abrió las puertas sabiendo que yo realizaba otra actividad (fútbol) y no iba a poder cumplir con todos los entrenamientos. Pasó mucha agua bajo el puente (Flor de metáfora!) y como saben, cumplo lo que prometo: Competir en algún momento representando al consejo de CCEE.

Llegó el sábado 9 de Agosto de 2008 y allí estaba yo, riéndome en mi casa, mientras terminaba de poner en el bolso un par de ojotas, preguntándome si era un Deja Vu o una nueva historia.


Cuando llegamos a Quilmes, casi sin usar la Autopista Buenos Aires La Plata (¿?¡¡), me empecé a buscar en los listados de las paredes. Los 37 segundos en 50 mts libres con los que figuraba (Seguramente tomados en estilo perrito), me mandaron a los carriles de las puntas. “Mejor!!” me dije, “cualquier tiempo que haga va a ser mejor que eso y no se espera mucho de mí. A lo sumo tragaré un poco más de agua contra la rompiente (¿?)”. Ya había tomado la decisión que en esta primera competencia no iba a usar antiparras porque en las pruebas semanales no había obtenido buenos resultados…”Ya habrá tiempo de probar en la próxima”.

Durante el ablande miré una pileta que me hizo recordar a un criadero de truchas y delfines, que saltaban, daban vueltas, cubriendo cada rincón de humedad. Cerca de 100 nadadores se pasaban por agua buscando aceitarse, mientras analicé la idea de tirar un pedazo de pan al agua y ver como los “pescaditos” se acercaban a comer (¿?).

Y llegó el momento: Dirigirse a la zona de embarque. La mayoría de ustedes me conoce bastante poco, por lo que no saben que yo me tomo el deporte como eso, como un deporte. Lo practico responsablemente pero no soy un ganador nato, ni me interesa serlo. Trato de hacer las cosas bien, pero si no gano no me muero. Este comentario tiene que ver con que cuando llegaba el momento de largar estaba mirando para todos lados, no tan concentrado y metido en la carrera. Suele ser un buen método para disfrutar más.

Antes de subir al cubo miré hacia el grupo y allí estaban todos, a grito pelado, moviendo los brazos, diciendo “Vamos!!”. La verdad que la imagen era semi grotesca y bastante graciosa, pero como en las competencias anteriores yo estuve en ese lugar, entendí muy bien todo: “La próxima vez no gesticulo tanto!! Debo parecer un papanatas!!”. Fuera de broma, más allá de la gracia (les aseguro que por dentro quería pegar una carcajada), fue estimulante el aliento, me hicieron realmente sentir parte del equipo.

Miré hacia mi izquierda (De ese lado tenía a todos los competidores) y ví un muchacho de metro noventa de altura, con barba y cara de malo (le faltaba un cuchillo en la boca), que tenía un traje elastizado oscuro que le cubría el 90 % del cuerpo. Era la versión enojada de Meolans. Más allá estaba Dieguito al que le desee éxitos con el pulgar arriba y él devolvió el gesto. En la largada alguien cayó al agua antes de la orden, y me llevó a tambalearme a mí al borde de caerme. Cuando miré hacía el costado lamentablemente se trataba del pibe Lorenzo. Después todo pasó muy rápido. Alguno me miró con cara de “en el andanivel 1 y sin antiparras!! Este se ahoga en la vuelta!”.

Largamos y ya todo se volvió nebuloso. La ida la corrí con la respiración hacia la pared, por lo que no sabía si iba primero o último (más probablemente último). Cuando ví la “T” en el piso de la pileta decidí tirar la americana esperando no resbalarme al empujar. ¡En ese momento oí varios gritos del equipo alentando! O insultando, no lo sé, no se escuchaba nada. La vuelta fue casi un suspiro. Empecé a agarrar más agua para bracear menos veces y de repente “Pared!!”. Toqué y busqué aire. Casi no había respirado a la vuelta. Le pregunté a la Chica del Cronómetro “¿Cuánto tiempo marqué?” “32,80” me dijo. Luego felicité al de la cara de la malo, vecino de andanivel, pero faltó poco para que me gruñiera. Quedar relegado con el pibe del andanivel de la punta que encima no usa antiparras, era demasiado.

Feliz con el tiempo, volví al montón de camisetas celestes, para sorprenderme “Muy bien!! Muy bien!! Llegaste segundo”. Pensé que se referían a llegar a las sillas, pero me hablaban de la competencia. Les costó convencerme.

Ya la de pecho fue un trámite. Jajaja. Es más, mientras esperábamos el llamado me quedé hablando con uno de los de Quilmes y Sebas me terminó avisando “Mirá que te cambiaron la serie, corres en esta!”. Me adelantaron la partida, me cambiaron de andanivel (Pasé del 6 al 3) y...me ardían los ojos. Y bueno, dicen que sarna con gusto no pica, pero esto no era sarna y ardía, no picaba.

En pecho solo tengo para contar tres cosas: Primero, que en la partida casi me caigo, pero me agarré del cubo con el alma y pude hacer equilibrio. El morboso del juez me miraba, esperando que me cayera o no. Finalmente me afirmé. Segundo, en la vuelta resbalé al empujar, lo que me quitó un poco de velocidad, pero la pilotee (Más metáforas).


Tercero, que mientras me acercaba al final, ví por el rabillo del ojo a un loco que me venía comiendo los talones. Metí dos brazadas más fuertes y cerré la carrera. A la poste sería tercer puesto. Demasiado por un día de este tipo.

También la tarde dejó:


Una muy buena organización por parte del club Quilmes, donde no hubo demoras, ni demasiados tiempos muertos. Mucho ritmo.


Charly máxima pureza, habiendo sido sancionado por una mala partida y expropiado de una medalla. En la prueba de 200 se llevó el merecido oro, aunque con un sabor amargo por no haberle podido ganar a un corredor tres categorías más joven.


Yoli palo y palo con un final para el infarto.


Una llegada casi sincronizada para el trío Kari, Marta, Lili, y hubo que recurrir a la cámara superlenta para determinar la grilla final.


Juan con los mates más amargos y calientes jamás cebados.


Gise confrontándose con otras competidoras y con el bendito hombro, estuvo a un brazada del oro (aunque haya servido para aprender una lección).


Diego sacándose en pecho, la bronca por el tropezón que esta vez fue caída en estilo libre.


Marcela T retratando cada cosa que volaba (o nadaba) con la digital…


Seba alternando entre competencia y competencia un curso acelerado de fotografía para Marcela T (Sinnn Flashhhh)


Carloncho demostrando que donde pocos se animan el es Rey.

Después llegó el momento de recibir la de bronce (Ya gané con natación en una jornada más de lo que voy a ganar con el fútbol en un año!!), que tiene un valor más sentimental que competitivo…


Tercer tiempo en El Patio Cervecero con chucrut y cerveza (Yo pedí permiso para solicitar una Seven Up), que casi no pude distinguir por el cloro en los ojos y ahí se terminó mi jornada.

Para redondear, quería agradecer a todo el grupo porque siempre me trató 10 puntos desde que llegué. Y porque sobre todo siempre “Sale a Flote”, porque no me hizo sentir ajeno ni “sapo de otro estanque”, ni un poquito, “nada de nada”.

Abrazo grande
Sergio.

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