Informe Económico de Coyuntura

Nº 232 - Julio 2003 - AÑO 22

 ANALISIS GLOBAL

La dinámica del crecimiento
¿Nueva etapa del Mercosur?

La dinámica del crecimiento

La reciente difusión de las cuentas nacionales correspondientes al primer trimestre del corriente año, confirmó la trayectoria expansiva que la economía argentina iniciara hacia mediados de 2002. El período citado constituyó el cuarto trimestre consecutivo con signo positivo en la comparación, desestacionalizada, con respecto al período inmediato anterior y el primero de crecimiento en el cotejo interanual.

En efecto, con relación al primer trimestre de 2002 el producto interno bruto (PIB) se incrementó 5,4 %, que se descompone en un comportamiento mucho más dinámico, por el cambio en los precios relativos, de los sectores productores de bienes -aumentaron 11,5 %- que de los sectores productores de servicios, con una suba de sólo 1,5 %. Dentro de los sectores productores de bienes, a su vez, se destacan los incrementos verificados en la industria manufacturera ( 18,4%) y en la construcción (17,2%).

Analizadas las cifras desde el punto de vista de la oferta y demanda global del sistema económico, cabe consignar alzas más relevantes en la inversión (20,6%), las importaciones (15,9%) y las exportaciones (6,4%), en tanto que registraron una expansión mucho más modesta el consumo privado (2,2%) y el consumo público (1,2%). Esto último tiene que ver, claramente, con la situación de pobreza generalizada, con los bajos salarios y, en el caso específico de la demanda de bienes de consumo durables, con la falta de líneas crediticias.

De todos modos, estos guarismos positivos que surgen al comparar el primer trimestre de 2003 con igual período del año anterior, deben ser relativizados, tanto en una mirada retrospectiva de más largo plazo como en su sostenibilidad a futuro. Así, por ejemplo, el PIB del primer trimestre de 2003 se encuentra todavía casi 16% por debajo del computado en el primer trimestre de 1998, o sea antes de iniciarse el proceso recesivo de cuatro años de duración. Inclusive, en igual comparación temporal, la inversión experimenta una caída de 52% y el consumo total -privado más público- de 22%. Es decir, que para volver a los niveles de actividad económica de precrisis se requiere asegurar un largo proceso de crecimiento sostenido.

De allí la preocupación que ha surgido al conocerse la evolución de algunos indicadores -correspondientes a los meses de abril y mayo-, que estarían mostrando, en principio, una desaceleración del proceso expansivo. Corresponde también puntualizar, por cierto, que en el cotejo interanual se estará comparando contra cifras mensuales o trimestrales de 2002 cada vez más elevadas. Por lo tanto y por el sólo efecto estadístico, los incrementos tenderán a ser cada vez más moderados.

Los indicadores coyunturales que han provocado ciertas señales de preocupación son básicamente dos. El Estimador Mensual de Actividad Económica -que anticipa la evolución del PIB- presentó en abril, en términos desestacionalizados y frente al mes anterior, un incremento de sólo 0,3%, repitiendo la variación de marzo. Estos aumentos son significativamente inferiores a los registrados en enero (0,7%) y febrero (1,4%).

Por otro lado, el Estimador Mensual Industrial -siempre desestacionalizado y respecto del mes precedente- arrojó disminuciones en abril (-0,8%) y en mayo (-1,1%).

Esta información estadística abarca un período demasiado breve como para extraer conclusiones definitivas y en consecuencia, habría que ponderar si las variaciones obedecen a causas más profundas o sólo expresan episodios más bien contingentes. Entre estos últimos, cabe computar la incertidumbre generada por la contienda electoral frente al eventual triunfo de candidatos que manifestaban propuestas económicas muy diferentes. Por otro lado, corresponde evaluar efectos más duraderos vinculados con la escasez de financiación y con el impacto de la caída del tipo de cambio sobre el proceso de sustitución de importaciones.

No obstante y más allá de la posible desaceleración del impulso reactivador, cabe concluir que dada una situación macroeconómica más equilibrada y una capacidad productiva ociosa, en promedio muy significativa, están dadas las condiciones para proyectar un importante crecimiento del nivel de actividad durante el corriente año. También es cierto, por otra parte, que considerando que el año 2002 constituye un punto de partida notablemente bajo, serían necesarios cuatro años de crecimiento consecutivo al 5% anual, por ejemplo, para recuperar un valor del PIB cercano al computado en 1998.

Oferta y Demanda Globales (*)

Valores trimestrales y variaciones porcentuales
(Millones de pesos, a precios de 1993)   

Concepto

I Tr 02

II Tr 02

III Tr 02

IV Tr 02

2002

I Tr 03

Producto Interno Bruto a precios de mercado

216.849

246.315

237.417

240.361

235.236

228.580

Variación porcentual anual

-16,3

-13,5

-9,8

-3,4

-10,9

5,4

Importaciones de Bienes y Servicios

14.677

14.028

14.783

15.760

14.812

17.004

Variación porcentual anual

-57,4

-56,0

-49,5

-31,5

-50,1

15,9

Oferta y Demanda Globales

231.526

260.343

252.200

256.122

250.048

245.584

Variación porcentual anual

-21,2

-17,8

-13,8

-5,8

-14,9

6,1

Consumo Privado

148.507

158.476

156.094

157.992

155.267

151.724

Variación porcentual anual

-18,8

-17,2

-13,8

-7,0

-14,4

2,2

Discrepancia Estadística (1)

64

5.228

210

-282

1.305

3.924

Consumo Público

29.414

35.293

34.922

35.652

33.820

29.764

Variación porcentual anual

-7,5

-4,2

-6,8

-2,1

-5,1

1,2

Inversión Interna Bruta Fija

22.719

26.311

26.714

30.388

26.533

27.388

Variación porcentual anual

-45,4

-43,0

-36,7

-17,9

-36,4

20,6

Exportaciones de Bienes y Servicios

30.822

35.036

34.260

32.372

33.123

32.784

Variación porcentual anual

5,6

-1,6

3,4

5,7

3,1

6,4

(1) Incluye variación de existencias
(*) Estimaciones preliminares
Fuente: Dirección Nacional de Cuentas Nacionales
Nota: Los totales por suma pueden no coincidir por redondeos en las cifras parciales

¿Nueva etapa del Mercosur?

Dos reuniones de relevancia se realizaron en junio con vistas a la consolidación del Mercosur: el encuentro de los presidentes de la Argentina y Brasil y una nueva cumbre del bloque.

En el primer evento, el acuerdo alcanzado por ambos países comprende un amplio conjunto de objetivos que van más allá de las relaciones comerciales y muestran una fuerte voluntad política de cooperación -una “alianza estratégica”-, lo que podría llegar a inaugurar una nueva etapa en la evolución de la relación bilateral y del Mercosur.

Se decidió perfeccionar la unión aduanera actual, especialmente por medio de la eliminación -considerando criterios de flexibilidad- de las numerosas excepciones al arancel externo común (AEC), así como avanzar con acuerdos concretos hacia la formación de un mercado común.

También se acordó la elaboración de normas comunes para los subsidios, uno de los aspectos sustanciales y más conflictivos, considerando su fuerte utilización por parte de Brasil para estimular la radicación de inversiones. Nuestro país demanda que superados los límites a acordar para los subsidios, el país que los use debe otorgar compensaciones a sus socios.

Con respecto al AEC de 14% para la importación de bienes de capital, en 2001 la Argentina fue autorizada a eliminarlo temporalmente, lo cual abarató sus compras de terceros países y agregó una competencia mayor a la respectiva industria de Brasil, país que desde los inicios del bloque defendió fuertemente la preferencia que le otorga el AEC a sus exportaciones de esos bienes. En la reciente reunión bilateral se acordó extender hasta diciembre de 2003 el arancel cero, con lo cual a partir de enero próximo se volverá al AEC de 14%, aunque los bienes de capital no fabricados dentro del bloque tendrán un arancel de 0% a 4%.

En materia de integración física bilateral, se dispuso comenzar en el curso del presente año un proyecto de infraestructura a definir y fomentar la integración fronteriza.

Dentro del apoyo a la cooperación científica y tecnológica, se acordó impulsar un polo de investigación y desarrollo en biotecnología y medicamentos.

Asimismo, se decidió establecer una agenda social que incluiría las áreas de educación, salud y trabajo en la temática de integración.

Con el objetivo de promover “la integración sudamericana”, ambos presidentes expresaron el propósito de ampliar el Mercosur a los países de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), formada por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.

La dimensión política del acuerdo se expresó claramente en la decisión de constituir el Parlamento Común del Mercosur, cuyos miembros serían elegidos por voto directo.

La XXIV Cumbre de jefes de Estado y ministros de Economía del Mercosur, llevada a cabo en Asunción, incluyó importantes temas -en su gran mayoría ya tratados en el citado acuerdo entre la Argentina y Brasil-, si bien los mismos en general no contaron aún con su aprobación en esta cumbre.

El documento llamado “Objetivo 2006” comprende un ambicioso conjunto de políticas y medidas -elaboradas juntamente por la Argentina y Brasil-, que incluye temas sociales, culturales y políticos, destacándose la constitución del Parlamento común.

En materia de pefeccionamiento de la unión aduanera, el documento propone la eliminación de las excepciones al AEC y la adecuación de los niveles de protección efectiva, la cual incluye la consideración de los aranceles a los bienes finales y a sus insumos. También se persigue una armonización de los incentivos a las inversiones y la aprobación -antes del fin de 2003- del reconocimiento mutuo de acreditaciones sanitarias y fitosanitarias.

Intentando afirmar bases para la conformación de un mercado común, se propone asimismo acordar hacia fin del presente año protocolos comunes en materia de compras gubernamentales, servicios e inversiones intra-Mercosur, con un tratamiento preferencial respecto a empresas de terceros países. También se persigue el establecimiento de garantías de protección a las inversiones intrabloque. Se incluye asimismo la propuesta -impulsada por la Argentina, apuntando hacia Brasil- de establecer mecanismos automáticos para internalizar en cada país las medidas acordadas por el bloque.

La Argentina presentó una propuesta para la creación del “Instituto de Cooperación Monetaria del Mercosur”, tendiente a la emisión de una moneda “común” -no “única”- que comenzaría con un volumen reducido, destinada al turismo y al comercio intra-Mercosur.

Importa señalar que tanto los contenidos del Objetivo 2006, como la propuesta del Instituto monetario, aparecieron en la declaración final de la Cumbre como presentadas por Brasil y la Argentina respectivamente, postergándose su tratamiento para la reunión de ministros de Economía y cancilleres, a realizarse en octubre en Uruguay, que sucederá a Paraguay en la presidencia semestral del bloque.

En materia de infraestructura, el bloque enfatizó el compromiso para “viabilizar los proyectos prioritarios que contribuyan efectivamente a un acceso rápido a los mercados intrarregionales y a los puertos de ultramar”.

Con referencia a las relaciones económicas con el exterior, se acordó lo siguiente:

“mantener la cohesión del bloque en los procesos de negociación externa”, lo cual ratifica la decisión de entablar tratativas vía Mercosur para acuerdos con terceros mercados y con el ALCA;

la necesidad de que continúen las negociaciones por el ALCA, “con el propósito de alcanzar resultados justos y equitativos, mediante la eliminación de las distorsiones al comercio agrícola”;

un acuerdo marco entre el Mercosur y la India -firmado ya en Asunción-, con vistas a instrumentar, probablemente en el trimestre próximo, reducciones arancelarias para los productos en que ambas partes tienen un interés particular;

concluir las negociaciones de un tratado de libre comercio con Perú a comienzos del segundo semestre del año;

una segunda ronda de negociaciones con Sudáfrica se realizó en Asunción, tendiente a una liberalización parcial del comercio, que incluiría como mínimo 2.500 posiciones arancelarias del Mercosur;

“tomar nota de la disposición de Ecuador y de Venezuela de entablar negociaciones”.

En el documento final se reconocieron las dificultades de Paraguay y Uruguay, generadas por sus asimetrías económicas con Brasil y la Argentina, por lo cual se elaborarán medidas que tiendan a compensar las disparidades.

Al respecto, existiría en principio la posibilidad de ir instalando en las negociaciones dentro del Mercosur una “dinámica de dos velocidades”, por la cual Paraguay y Uruguay -además de obtener medidas compensatorias- se integrarían en el proceso a un ritmo adecuado a sus realidades.