Informe Económico de Coyuntura

Nº 234 - Septiembre 2003 - AÑO 22

 ANALISIS GLOBAL

Incertidumbre y reactivación
Superávit del balance cambiario

Incertidumbre y reactivación

La economía argentina se encuentra transitando una coyuntura particular, inmersa en un período caracterizado por importantes definiciones en el corto plazo, pero de efectos prolongados, tanto de naturaleza política como más estrictamente, de índole económica. Entre las primeras, sobresale la realización de elecciones en prácticamente todas las jurisdicciones provinciales, lo que definirá el posicionamiento político del Gobierno y de la oposición para los próximos años.

En el plano económico, los aspectos más relevantes de próxima definición se vinculan con: 1) el acuerdo con el FMI, 2) la refinanciación de la deuda externa, 3) la renegociación de los contratos y las tarifas de los servicios públicos privatizados y 4) la compensación al sistema bancario por la indexación asimétrica y los amparos judiciales. Estos temas fijarán las premisas básicas del escenario macroeconómico que se proyectará hacia el futuro. No establecen, necesariamente, todos los determinantes del proceso de crecimiento económico, pero constituyen condiciones necesarias insoslayables.

En el caso particular del acuerdo con el FMI existe una vinculación entre los compromisos que debe asumir el país en el ámbito económico y el impacto político de su anuncio en plena campaña electoral. En tal circunstancia, se vislumbra la posibilidad de un acuerdo a tres años, pero estableciendo metas puntuales, por el momento sólo para el primer año.

En tal contexto, una cuestión central, sin duda, consiste en proyectar la tasa de crecimiento que puede preverse hacia el mediano plazo, las variables principales que pueden explicar dicho crecimiento y las exigencias en materia de ampliación de la capacidad productiva.

Los datos actuales sobre el desempeño de la producción -medida a través del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE)- señalan que en el primer semestre del corriente año se verificó un incremento de 6,5% con respecto a igual período del año anterior. Esta evolución, sumada a una mejora en la producción industrial en el mes de julio -luego de un comportamiento menos dinámico en el segundo trimestre-, ha inducido a las autoridades económicas a elevar hasta 6% la proyección de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para el año en curso. Por su parte, para el próximo año la hipótesis oficial de crecimiento sería, en principio, del orden de 5%. En ambos casos, los sectores productores de bienes -industrial, agropecuario, construcción- son los principales factores explicativos del aumento esperado del PIB.

Desde el punto de vista de la demanda agregada, la evolución del principal componente, el consumo -que equivale aproximadamente a 80% del PIB- tiende a mostrar un comportamiento positivo, si bien partiendo de niveles extremadamente bajos. Los últimos datos sobre ocupación laboral -que muestran una reducción del desempleo abierto del 21,5% en mayo de 2002 a 15,6 % en mayo de 2003- y las mejoras salariales, especialmente en el sector privado formal, sugieren un incremento en la capacidad de consumo del sector privado. El incremento de la recaudación del IVA en casi 14%, en moneda constante, entre julio del corriente año e igual mes de 2002 y el reciente anuncio del aumento de las ventas de supermercados -después de exponer durante más de dos años valores interanuales negativos-, parecen confirmar esta apreciación.

Las exportaciones, por su parte, experimentaron un incremento de 16% en la primera mitad del corriente año, con relación a igual lapso del año precedente. El monto acumulado, de u$s 14.513 millones, constituye un valor récord de la serie histórica. Las razones que explican el aumento se vinculan tanto con los precios como con las cantidades exportadas, ya que los primeros aumentaron 11% y las segundas, 5%. El principal aporte al crecimiento del flujo exportador correspondió al complejo sojero, que explica 70% del incremento de las ventas totales al exterior.

En cuanto a la utilización de la capacidad instalada de producción, o sea el margen para ampliar la producción sin efectuar nuevas inversiones, el panorama es, por cierto, bastante heterogéneo. Algunas estimaciones indican que el uso promedio de la capacidad instalada se ubica en torno a 70%, pero determinadas actividades -como el complejo oleaginoso, aluminio, acero y petroquímica- están operando en niveles cercanos al límite de su capacidad productiva. En este contexto, la inversión se está recuperando desde valores extremadamente bajos -recordar que cayó aproximadamente 60% durante la recesión 1998/ 2002- y además está operando bajo una situación de fuerte restricción crediticia. Un dato más coyuntural revela, sin embargo, que la importación de bienes de capital en el primer semestre del año en curso aumentó 43% con respecto a igual período de 2002.

En definitiva y a modo de conclusión, puede señalarse que la economía argentina transita un período de alta incertidumbre frente a la inminente definición de temas clave, pero que al mismo tiempo, persiste la tendencia hacia la reactivación productiva, si bien a un ritmo probablemente inferior al que se observó en la primera mitad del año.

Superávit del balance cambiario

Recientemente el Banco Central dio a conocer el balance cambiario del primer semestre del año, juntamente con las cifras correspondientes a 2002. Dicho balance comprende las operaciones del mercado de cambios -único y libre desde febrero de 2002-, es decir, el ingreso y egreso de divisas del país con el exterior. A diferencia, el balance de pagos constituye un estado estadístico de las relaciones económicas con el exterior en términos devengados.

En la primera mitad de 2003, el balance cambiario arrojó un superávit de u$s 3.631 millones, frente a un déficit de 584 millones en igual lapso del año precedente. Dicho superávit se explica por un saldo positivo de las transacciones corrientes de 5.781 millones y un déficit de las transacciones de capital de 2.150 millones.

Los saldos favorables del período pueden dividirse en dos etapas: el primer cuatrimestre del año con un superávit promedio de u$s 420 millones mensuales y el bimestre mayo-junio, cuando los excedentes promedio fueron de unos 1.000 millones mensuales. Estos últimos respondieron en gran medida a las estacionalmente mayores exportaciones aceiteras y cerealeras, y en menor parte, a la reducción de la formación neta de activos externos privados.

Operaciones del mercado cambiario

Período Cobro de export. Pago de import. Servicios netos Renta
neta
Capital neto Otros
netos
Total
Enero 1.862 -753 0 -258 -268 12 595
Febrero 1.634 -743 -7 -144 -344 17 413
Marzo 1.851 -862 -15 -113 -540 14 335
Abril 2.064 -943 -72 -233 -496 16 337
Mayo 2.436 -983 -13 -252 -276 16 928
Junio 2.427 -960 -44 -201 -226 26 1.022
Acumulado
2003
12.274 -5.243 -151 -1.201 -2.150 102 3.631
Datos provisionales sujetos a revisión.
Fuente: Banco Central de la República Argentina

Operaciones cambiarias por transacciones corrientes

El superávit de u$s 5.781 millones por operaciones de la cuenta corriente (mercancías, servicios, rentas) en la primera mitad del año, se originó básicamente en el importante excedente comercial de 7.031 millones, parcialmente compensado por egresos netos en concepto de servicios (151 millones) y rentas (1.201 millones).

El resultado comercial obedeció al cobro de exportaciones de bienes por u$s 12.274 millones (53% más que en igual lapso de 2002) y pagos de importaciones por 5.243 millones (31% más).

Cabe señalar que existen exportaciones de ciertos bienes que están exentas de la obligación de ingresar divisas al país, que son las de petróleo y derivados (en un 70%) y de minería (100%).

Con relación a las rentas, se pagaron intereses por u$s 850 millones, incluyendo las regularizaciones de intereses atrasados dentro de acuerdos de refinanciación alcanzados por empresas privadas. Los pagos de intereses representan algo menos de la mitad de los intereses devengados por el sector privado, según la estimación del balance de pagos. Asimismo, en concepto de utilidades y dividendos se registraron egresos por 411 millones.

Operaciones cambiarias por transacciones de capital

La cuenta de capital cambiaria presentó en el primer semestre del año un déficit de u$s 2.150 millones, explicado fundamentalmente por la formación neta de activos externos del sector privado, pues los flujos netos por los restantes conceptos no tuvieron montos significativos. Importa señalar que dicha salida neta de capitales se ha reducido fuertemente con relación a los mismos meses del año precedente.

En lo que se refiere a la entrada bruta de capitales de largo plazo, se destacó un incremento de los préstamos financieros mayores a un año de más de u$s 40 millones mensuales en el segundo trimestre de 2003, tanto con respecto al primer trimestre como frente al mismo período de 2002.

Asimismo, las inversiones directas en el país aumentaron en promedio unos u$s 50 millones mensuales en el segundo trimestre con relación al primero, manteniéndose en los niveles de igual lapso del año anterior.

Los ingresos de capitales financieros de corto plazo (que comprenden los préstamos financieros menores a un año, la reducción de activos externos de residentes -venta de billetes más repatriación de inversiones- y los ingresos por otras inversiones de no residentes) registraron en el segundo trimestre un incremento, tanto respecto del primer trimestre como frente al mismo período de 2002.

Destinos del superávit cambiario

El superávit de u$s 3.631 millones fue básicamente absorbido por las compras netas del Banco Central por 3.174 millones. El resto del excedente fue destinado a incrementar la posición general de cambios de las entidades financieras en 267 millones y a otros conceptos por 190 millones.

Al respecto, entre los dos trimestres de la primera mitad del año se observó un comportamiento disímil:

en el primer trimestre las compras netas del Banco Central sumaron u$s 980 millones, ascendiendo en el segundo trimestre a 2.194 millones;

las compras netas del primer trimestre fueron utilizadas para la cancelación neta de deuda con organismos internacionales -registrándose un aumento de sólo u$s 40 millones en las reservas internacionales del período-, mientras que la mayor parte de las compras del segundo trimestre se reflejaron en el incremento de las reservas internacionales en 1.667 millones durante el período.