Informe Económico de Coyuntura

Nº 239 - Marzo 2004 - AÑO 22

 ECONOMIA INTERNACIONAL

SITUACION

La firmeza de la economía de Estados Unidos, la recuperación de Japón, el probable repunte de la Unión Europea y el auge de China, configuran un panorama de crecimiento prácticamente sincronizado de las principales economías del mundo, luego de un prolongado período en que esto no se registraba.
Las principales tasas de interés de referencia -fijadas por los respectivos bancos centrales- últimamente se han mantenido en general estables: 1% en Estados Unidos, 2% en la eurozona y 4% en Gran Bretaña, que tuvo un incremento de 0,25 puntos porcentuales.
Explicado parcialmente por las relativamente bajas tasas de interés en Estados Unidos, a mediados de febrero el euro alcanzó un nuevo nivel récord frente al dólar, en tanto que la libra esterlina llegaba a su punto máximo en once años con relación a la moneda estadounidense.

Probable salida de Japón de su prolongado estancamiento

Por primera vez en más de una década, la economía japonesa disfruta de un crecimiento que podría sostenerse. Algunos signos relevantes en este sentido, son los siguientes:

la tasa de crecimiento económico fue en 2003 de 2,7%, incluyendo un 7% en el último trimestre del año, lo cual significó el séptimo trimestre consecutivo de alza;

se ha reducido el proceso de deflación, con lo cual incluso el PIB nominal ha dejado de disminuir;

está bajando gradualmente la carga de los bancos por los créditos en mora;

las empresas más grandes están arrojando ganancias crecientes, tras su reestructuración y reducción de costos y de deudas.

Según ha señalado “The Economist”, entre los factores que explican la recuperación, se destaca el auge económico de China que ha impulsado las exportaciones japonesas y también una reanimación natural luego de un prolongado estancamiento, además de una política monetaria firmemente expansiva.

A pesar de los aspectos positivos, la misma fuente apunta que “la nube más negra” sobre la economía de Japón es una deuda pública equivalente a 160% del PIB.

El cese de la “cláusula de paz”

La vigencia de la llamada “cláusula de paz” tuvo su fin el 31 de diciembre pasado. Esa norma se originó en 1992 -diseñada básicamente por Estados Unidos y la Unión Europea- y por la misma las naciones más industrializadas se protegieron contra la posibilidad de que otros países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) interpusieran acciones o denuncias ante ese organismo contra los subsidios a la producción y la exportación de productos agrícolas.

A partir de este año, los países perjudicados por dichos subsidios y apoyos podrán accionar así solicitando la formación de “paneles” en el órgano de solución de controversias de la OMC.

Pero ese accionar requiere la existencia de la demostración mediante pruebas de que los subsidios causan un daño o perjuicio a la producción nacional del país demandante. Ese proceso abarca una considerable cantidad de elementos y de tiempo en el ámbito de la OMC.

Puede interpretarse, en principio, que la caída de la vigencia de la “cláusula de paz” constituirá un cierto elemento de presión sobre los países proteccionistas, con respecto a las actuales negociaciones internacionales sobre materia agrícola en la OMC.

Un modelo regional-desarrollista

A efectos de aproximarse al conocimiento de la estrategia económico-política de Brasil en el terreno internacional, resulta de utilidad un reciente artículo del embajador de Brasil en la Argentina -José Botafogo Goncalves, en “Clarín”, 8.1.04-, el cual plantea que viene surgiendo un nuevo modelo de desarrollo, denominado “regional-desarrollista”, que paulatinamente sustituye al anterior “nacional-desarrollismo”.

Las características del nuevo paradigma serían las siguientes:

la integración regional es fundamental en términos de ampliación de mercados, de ambiente estable y, sobre todo, en la complementación de ventajas para el desarrollo de la región como un todo;

siendo inevitable y deseable una mayor inserción de nuestros países en la economía internacional, será mejor hacerlo en forma gradual, empezando por los países vecinos;

los Estados regionales recuperan importancia planificadora, pero considerando el límite geográfico de la región -no sólo el del país-, a la vez que se define más claramente su papel como agente regulador, sin dejar sus funciones de ejecución cuando política y socialmente las circunstancias lo exigen;

una política pública de agregado de valor -tanto para la industria como para la agricultura- sustituye el viejo concepto de política industrial de protección del mercado interno, al tiempo que se elimina la dicotomía rígida entre mercado interno y externo;

los recursos de los Estados son canalizados progresivamente hacia los servicios públicos “naturales” (educación, salud, infraestructura, ciencia, etc.), y

la brecha de recursos se cubre con una agresiva política regional de exportación y por la atracción de inversión directa de largo plazo, a la vez que se estimula la internacionalización de las empresas de capital nacional.

PERSPECTIVAS

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) -que reúne a los 30 países más industrializados- estima que en el corriente año las economías de sus integrantes crecerá en promedio a una tasa de 3% respecto del año precedente, luego de un aumento de aproximadamente 2% en 2002.
Una reciente encuesta a 63 economistas, por parte de Bloomberg News, arrojó como mediana de los pronósticos un 4,4% de crecimiento de la economía estadounidense para 2004, luego de una tasa de 3,1% estimada para 2003.
El titular del FMI expresó recientemente -recogiendo una aspiración de Brasil- que el organismo internacional podrá excluir las inversiones estatales en obras de infraestructura del cálculo del gasto público -lo cual implicaría un menor esfuerzo para alcanzar una meta comprometida de superávit fiscal-, en caso de que las obras sean rentables y se realicen en un contexto de disciplina en las cuentas públicas.

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