Informe Económico de Coyuntura

Nº 240 - Abril 2004 - AÑO 22

 ANALISIS GLOBAL

La dinámica del crecimiento y sus eventuales restricciones
Una aproximación a la sustitución de importaciones

La dinámica del crecimiento y sus eventuales restricciones

Las cifras difundidas recientemente sobre la evolución de la actividad económica en el año 2003 confirman un elevado crecimiento y el significativo rol del consumo como factor explicativo del mismo. En efecto, el año pasado el PIB creció 8,7% -superando las previsiones más optimistas- y recuperando una buena parte de la caída verificada durante el proceso recesivo 1998/2002 (cuadro adjunto).

Visto desde el lado de los componentes de la demanda agregada, se comprueba que el consumo privado se expandió 8,1%, en línea con las mejoras registradas en materia de ocupación y salarios, por un lado, y también por el mayor horizonte de previsibilidad sobre la recuperación productiva -que determina las expectativas de los agentes económicos-, por el otro. Al respecto, cabe señalar que el índice de confianza del consumidor que elabora la Universidad Di Tella alcanzó los valores máximos de la serie.

La inversión, por su parte, se incrementó 38,1%, pasando a significar algo más de 14 % del PIB, superando largamente la proporción que representó en el año 2002, pero todavía bien por debajo de la magnitud alcanzada en buena parte de la década de los años 90. Este aumento de la inversión también explica, en alguna medida, la expansión de las importaciones ( 37,6 %), dado el fuerte incremento de las adquisiciones en el exterior de bienes de capital.

Por último, las exportaciones -medidas a precios constantes de 1993- tuvieron un incremento de 6,4%. Sin embargo, si las ventas al exterior se computan en dólares corrientes, el aumento asciende a algo más de 14%, poniendo de manifiesto que hubo un efecto precios favorable, ya que los mismos crecieron 8,5%. A nivel de rubros, los aumentos más destacados se verificaron en cereales y oleaginosas, aceites y petróleo crudo.

Otro aspecto significativo que muestran las cifras de 2003 es que el ritmo de crecimiento de la actividad económica tendió a acelerarse con el correr de los meses, de manera tal, por ejemplo, que el PIB correspondiente al cuarto trimestre resultó 11,3% superior al de igual período del año anterior. En consecuencia, no sorprende que los primeros datos correspondientes al año en curso ratifiquen el dinamismo productivo, como es el caso de la producción industrial, que se expandió más de 13 % en el primer bimestre frente a igual período de 2003.

En función de estos guarismos, la conducción económica ha efectuado una corrección a la suba de la tasa esperada de crecimiento del PIB para el corriente año. Efectivamente, en la carta de intención elevada el FMI -en marzo último- con motivo de la segunda revisión del acuerdo stand-by, se reconoce que la expansión productiva podría ascender a 5,5 %, en lugar del 4% que había sido proyectado en el acuerdo original. También en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado que elabora el Banco Central se ha realizado un ajuste hacia arriba, pronosticándose ahora un incremento anual del PIB de 6,9 %.

Sin embargo, existen al menos dos temas que ponen un signo de interrogación sobre la previsibilidad del ritmo de crecimiento productivo. Uno de ellos está referido a las negociaciones por la deuda en default -que impacta sobre las expectativas de los operadores económicos- y el otro, con la restricción que ya empieza a visualizarse en el suministro de gas y electricidad.

Con relación a la reestructuración de la deuda externa, el gobierno, ante la notoria presión del FMI, ha acelerado el proceso de negociaciones, con la designación de los comités de bancos organizadores de dicha reestructuración y ha iniciado una serie de reuniones con diversos grupos de acreedores. Además, ha planteado que entre julio y agosto próximos dará a conocer las características de los bonos ofrecidos en canje de los títulos en default.

De todos modos, la cuestión pendiente más significativa está vinculada a la determinación del superávit fiscal primario que el Gobierno destinará a atender la deuda en 2005 y 2006, año éste en que finaliza el actual acuerdo con el FMI. El Gobierno ha planteado que dicho superávit no puede exceder el 3% del PIB, pero como en la actualidad ese porcentaje es mayor, los acreedores y el FMI presionan para que nuestro país asuma un compromiso superior. El Gobierno señala, sin embargo, que el mayor superávit actual está sostenido por impuestos distorsivos que deberán ser eliminados, por el lado de los ingresos, y por el congelamiento de los salarios públicos que no podrá sostenerse en el tiempo, por el lado del gasto. Además, plantea que un mayor superávit fiscal puede afectar el ritmo de crecimiento de la economía y el monto de los recursos destinados a la ayuda social.

En cuanto al problema energético, vinculado con un fuerte incremento de la demanda -superior al del PIB- en el contexto de una caída de las inversiones en el sector, el dilema principal consiste en determinar quiénes serán los usuarios más afectados por el racionamiento y esto incluye la demanda domiciliaria, la industria, las exportaciones y hasta la utilización de GNC en los automotores. En tal sentido, el Gobierno ya adoptó dos decisiones por las cuales se eleva el precio del gas para las industrias de alto consumo, por una parte, y se privilegia el abastecimiento interno de gas frente a las exportaciones, por la otra.

En definitiva, el nivel de expansión de la actividad económica, durante el corriente año, estará sujeto al grado de avance de las negociaciones con los acreedores de la deuda externa y con ello a las mayores o menores exigencias del FMI en las sucesivas revisiones del acuerdo vigente. También a la modalidad de resolución del problema energético, que se hará sentir con mayor intensidad en los próximos meses.

OFERTA Y DEMANDA GLOBALES (*)
Valores trimestrales y variaciones porcentuales
(millones de pesos, a precios de 1993)
Concepto 2002 I Tr 03 II Tr 03 III
Tr 03
IV Tr 03 2003

Producto Interno Bruto a precios de mercado

235.236

228.596

265.402

261.535

267.469

255.751

Variación porcentual anual

-10.9 5.4 7.7 10.2 11.3 8.7

Importaciones de Bienes y Servicios

14.812 16.875 19.110 21.609 23.948 20.385

Variación porcentual anual

-50.1 15.0 36.2 46.2 52.0 37.6

Oferta y Demanda Globales

250.048 245.471 284.512 283.144 291.418 276.136

Variación porcentual anual

-14.9 6.0 9.3 12.3 13.8 10.4

Consumo Privado

155.267 153.188 169.567 172.254 176.660 167.918

Variación porcentual anual

-14.4 3.2 7.0 10.4 11.8 8.1

Discrepancia Estadística (I)

1.305 2.893 5.539 512 -958 1.997

Consumo Público

33.820 29.351 36.594 35.568 35.743 34.314

Variación porcentual anual

-5.1 -0.2 3.7 1.9 0.3 1.5

Inversión Interna Bruta Fija

26.533 27.659 35.024 38.707 45.219 36.652

Variación porcentual anual

-36.4 21.7 33.1 44.9 48.8 38.1

Exportaciones de Bienes y Servicios

33.123 32.380 37.788 36.102 34.754 35.256

Variación porcentual anual

3.1 5.1 7.9 5.4 7.4 6.4
(I) Incluye variación de existencias
(*) Estimaciones preliminares
Fuente: Dirección Nacional de Cuentas Nacionales

Una aproximación a la sustitución de importaciones

El sustancial aumento del tipo de cambio real a partir del abandono de la convertibilidad (es decir, el incremento del tipo de cambio nominal en una cuantía muy superior al aumento de los precios internos) ha significado un incentivo a la producción de bienes comerciables internacionalmente. Esto debería estimular -si bien no es una condición suficiente- el aumento de las exportaciones y una sustitución de importaciones.

Básicamente, los factores determinantes de la sustitución de importaciones ante el cambio de precios relativos -precios en pesos de bienes importados frente a los de bienes locales-, son la elasticidad de la demanda respecto del precio para cada bien y la disponibilidad adecuada de los productos en el mercado interno.

En esta “disponibilidad adecuada” influyen aspectos tales como la capacidad de producción disponible -incluyendo capital físico y recursos humanos-; la actualización tecnológica -que afecta los costos y la calidad del producto, y el acceso a fuentes de financiación.

En un trabajo del Centro de Estudios para la Producción (CEP) de la Secretaría de Industria se observa que en 2003, con respecto a 2001, la demanda interna (suma del consumo privado y público y de la inversión) bajó 11,9%, en tanto que las importaciones cayeron 32,0%. Esta diferencia es indicativa de una importante sustitución de bienes importados por producción local.

Con el objetivo de lograr una aproximación sectorial a la cuantía del proceso de sustitución, el CEP ha construido un método, partiendo de la matriz de insumo-producto de 1997, elaborada por el INDEC.

Estima así la magnitud de las importaciones “teóricas” de los diferentes productos necesarios para atender la demanda de insumos y bienes finales consistente con el nivel actual de producción sectorial y con la variación de los precios correspondientes de importación, suponiendo la ausencia de sustitución de importaciones.

La diferencia entre esas importaciones “teóricas” y las importaciones “efectivas” o realizadas en 2003, según el CEP, fue satisfecha con producción interna, es decir, con una sustitución de importaciones.

Este método constituye una aproximación, ya que entre otros aspectos, no permite distinguir -como se se    ñala en dicho estudio- entre una sustitución real de importaciones y una desacumulación de existencias previas de productos importados.

A nivel global, el estudio arriba a que la sustitución de bienes importados por oferta local durante 2003 fue de aproximadamente 27,6% de las importaciones “teóricas” en base a los datos de 2001.

Sectorialmente, el grado de sustitución estimado ha sido muy disímil, como era de esperar (cuadro adjunto). En primer lugar, con 70,4% se ubicó la producción de alimentos y bebidas, amplio rubro para el cual existe una alta y diversificada oferta local.

La sustitución llegó a 61,0% en los aparatos de uso doméstico, rubro que también presenta una importante oferta interna, incluyendo bienes cuya tecnología de producción son difundidas (cocinas, estufas, termotanques).

Un grado menor pero significativo de sustitución (40,9%) han tenido las importaciones de materiales para la construcción, destacándose el vidrio y sus productos, ladrillos, bloques, cerámicos y otros. Otro rubro en el cual la producción local se ha mostrado especialmente dinámica ha sido el de material eléctrico e instrumentos de medición, con 39,8% de sustitución.

Por otro lado, entre los rubros con menor sustitución se destacan los productos químicos (9,6%), donde la oferta interna es relativamente limitada para diversos bienes, como es el caso de los principios activos para la elaboración de productos farmacéuticos.

Sustitución de Importaciones año 2003
Sectores Sustitución de Importaciones en %

Alimentos y bebidas

70,4

Aparatos de uso doméstico

61,0

Materiales para la construcción

40,9

Material eléctrico e instrumentos de medición

39,8

Automotores, autopartes y demás mat. transp.

37,7

Celulosa, papel y edición

29,1

Minería

26,9

Productos de informática, radio y televisión

26,5

Hierro, acero y sus manufacturas

25,1

Maquinaria de uso industrial

20,3

Textiles, cuero y calzado

16,5

Productos primarios

10,9

Químicos

9,6

Total general

27,6
Fuente: Centro de Estudios para la Producción (CEP).