Informe Económico de Coyuntura

Nº 288 - Agosto 2008 - AÑO 27

 SECTOR AGROPECUARIO

SITUACION

El regreso a fojas cero -es decir a la situación vigente al 10 de marzo, una vez derogado el decreto 125- deja satisfechas a las entidades del sector que levantaron esa reivindicación a lo largo de los cuatro meses que duró el conflicto. Queda, sin embargo, incierta la situación de los pequeños y medianos productores.
La ganadería, la lechería y las economías regionales requieren de pronta atención, postergadas en su tratamiento u obstaculizadas en su accionar, mientras el conflicto se dilataba. También es impreciso el destino definitivo de la situación en materia granaria.

La evolución de las retenciones a la exportación

Una vez enviado al Congreso de la Nación la resolución 125, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley que, sobre la base de mantener la movilidad del gravamen y de modificar las alícuotas máximas fijadas en esa resolución, introdujo varias modificaciones que mejorarían los resultados económicos de las pequeñas y medianas explotaciones productoras de soja y girasol.

Se propuso un régimen escalonado de reintegros a pequeños productores: los que produjeran hasta 300 toneladas anuales recibirían compensaciones equivalentes a haber pagado retenciones por el 30%; también recibirían compensaciones los productores de hasta 1.500 toneladas, aunque sólo por 750. Se incluía en el régimen de reintegros a monotributistas con facturación máxima de $ 750.000. A ello se agregaba el beneficio otorgado con anterioridad, consistente en reintegros en concepto de flete a los productores más alejados de los puertos.

Sin embargo, por razones distintas, las entidades del sector no se mostraron satisfechas por las modificaciones. A las representativas de los productores más grandes y capitalizados, por no considerar suficientes las modificaciones a los topes de las retenciones; a la de los pequeños y medianos productores representados por la Federación Agraria Argentina (FAA), por la falta de confianza en la efectivización de los reintegros, habida cuenta de las dificultades presentadas con anteriores compensaciones y por mantener la unidad de la mesa de enlace que expresa la unidad de las cuatro entidades.

El rechazo del Senado al proyecto de ley de Diputados retrotrajo la situación al 10 de marzo y por ende, a las retenciones fijas vigentes en ese momento y, salvo medidas futuras que corrijan esa circunstancia, deja sin efecto los reintegros a los productores de menor escala. El Decreto 1176, que anula las retenciones móviles, implica la vigencia de los siguientes niveles de retención, independientemente del precio y del volumen que se exporte: soja, 35%; girasol, 32%; trigo, 28%, y maíz, 25%.

Una estimación a mano alzada ubicaría en u$s 1.250 millones, el incremento de ingresos para el sector gracias a la nueva situación, por la soja que aún conservan ensilada. Otro efecto esperable de la derogación es la reapertura de los mercados de futuros.

Quedan, a partir de ahora, varios temas sin resolver, entre ellos, los modos de adecuación de las retenciones a posibles cambios en las cotizaciones de los granos y la problemática de los productores de menor escala son, en materia agrícola, los más destacados.

En cuanto a la situación de pequeños y medianos productores, la FAA plantea la segmentación de los productores, para que los que produzcan menos de 3.000 toneladas de soja o girasol paguen retenciones de entre 25% y 30%, reduciéndose las alícuotas de los cultivos menos competitivos como el maíz y el trigo. Tal vez, el cambio de titularidad que se produzca en la SAGPyA, con el posible nombramiento del titular y entrada en operaciones de la Subsecretaría de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, genere el ámbito adecuado para el diseño de políticas públicas diferenciadas para este sector poblacional, no sólo en lo que se refiere a la producción granaria sino, especialmente, a los productos que integran la canasta familiar, en los que, precisamente, se especializan.

Situación de la ganadería

Suspendidas las medidas de fuerza del ruralismo, las necesidades de liquidez de los productores, asociadas a la frágil situación de los campos para alimentar al ganado, hicieron que se incrementara la afluencia de hacienda gorda al mercado, generando una significativa baja de los precios del ganado. Sin embargo, es aún menos perceptible el traslado de ese descenso a los precios al consumidor final.

En cuanto al comercio exterior de carnes, existen importantes dificultades denunciadas por los frigoríficos, referidas a las demoras en ser otorgadas las autorizaciones de exportación. En la actualidad esas autorizaciones dependen del cumplimiento de una nueva norma (Resolución 42/08 de la ONCCA), que establece un encaje productivo que obliga a los frigoríficos a respaldar las exportaciones con un 75% de existencias almacenadas. Con esa modalidad se reemplaza la de limitar las exportaciones a porcentajes relacionados con lo exportado en 2005. Las autoridades de aplicación son la misma ONCCA y la Secretaría de Comercio.

De hecho, en los primeros cinco meses de 2008, los envíos al exterior cayeron 8% con relación a igual período de 2007, agudizándose esa caída en el mes de junio.

PERSPECTIVAS

Aún restan comercializar alrededor de 28 millones de toneladas de soja, que ante la derogación de la resolución 125, podrían volcarse al mercado, en cuyo caso sería esperable un descenso de las cotizaciones.
Para el fisco, las exportaciones pendientes podrían significar ingresos por más de u$s 2.800 millones.

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