Informe Económico de Coyuntura

Nº 290 - Octubre 2008 - AÑO 27

 MONEDA Y FINANZAS

SITUACION

La controvertida colocación de bonos públicos en Venezuela fue el último eslabón de una cadena de indicios que mostraban las complicaciones que presenta el contexto financiero internacional en general y, en particular, para nuestro país.
Ante este panorama, las autoridades decidieron cancelar la deuda con el Club de París utilizando las reservas internacionales del Banco Central.

Complejo panorama financiero

La operación realizada con Venezuela a principios de agosto último, por la cual se colocaron títulos públicos por unos u$s 1.000 millones a la elevada tasa de 15% anual, terminó constituyéndose en la alarma que hizo tomar conciencia a las autoridades de cuán complicado se encontraba el contexto financiero internacional para nuestro país.

Cabe destacar que el panorama mundial está pasando por su peor momento en muchos años, con caídas de bancos internacionales y necesidad de salvataje por parte del Tesoro de EE.UU. de las principales entidades financieras afectadas por la crisis de las hipotecas y sus derivaciones en términos de actividad económica, empleo y desconfianza.

Con este telón de fondo, las escasas posibilidades de financiación internacional para nuestra economía, que se registraban en los últimos años, se han reducido aún más.

Ante este clima de incertidumbre financiera, con el indicador de riesgo-país acercándose a los 800 puntos básicos y consultoras internacionales hablando de un posible escenario de cesación de pagos, las autoridades tomaron una serie de medidas: recompra de títulos, canje de bonos y, la de indudable mayor impacto económico y político, la cancelación de la deuda con el Club de París.

La deuda con el Club de París

A comienzos de septiembre y en el marco de los festejos por el Día de la Industria, la Presidenta anunció sorpresivamente que había decidido cancelar la deuda con el Club de París, que se encontraba impaga desde fines de 2001.

El pago de unos u$s 6.700 millones, de los cuales unos 4.700 millones estarían vencidos y el resto a vencer, se realizaría con reservas internacionales de divisas en poder del Banco Central, al que se le daría a cambio un bono del Tesoro, similar al entregado en ocasión del pago al Fondo Monetario Internacional a comienzos de 2006.

Hace tiempo que las autoridades venían analizando diversas posibilidades para hacer frente a esta obligación en el marco de una negociación que permitiera una extensión en los plazos y quitas en los intereses caídos, pero todas chocaban con la necesidad, impuesta por los acreedores, de contar con el visto bueno del FMI en su calidad de auditor internacional, condición que las autoridades locales consideran inaceptable desde hace algunos años.

Esta deuda se viene incrementando desde la década de 1980 por sucesivas capitalizaciones de intereses, revaluaciones de las monedas de origen y recargos por mora.

El anuncio tiene la intención de regenerar un cierto clima de confianza que ha ido declinando en los últimos meses, demostrando que nuestro país no sólo tiene capacidad de pago sino también, y fundamentalmente, voluntad de hacer frente a sus obligaciones crediticias. Además, esto permitiría destrabar nuevas financiaciones de proyectos por parte de los países involucrados con destino tanto al sector público como al sector privado, especialmente en el campo del comercio exterior.

Cabe resaltar que esta decisión ha generado diversas críticas y debates centrados en la oportunidad de la medida, en la necesidad de intervención por parte del Poder Legislativo y en la utilización de las reservas del Banco Central en momentos de fuertes sacudones en la economía y las finanzas internacionales.

Recompra de bonos públicos por licitación

En el marco de la estrategia financiera basada en la compra, por parte de la Tesorería, de instrumentos de la deuda pública para sostener su valor e impedir caídas injustificadas en sus cotizaciones, las autoridades decidieron utilizar el mecanismo de la licitación pública.

Hasta fines de agosto, a través del Banco Nación en su carácter de agente financiero de la Tesorería, se habrían recomprado títulos por unos u$s 380 millones, básicamente destinados a adquirir distintas series de BODEN, BONAR V, PRE 8 y Cupones de PBI nominados en pesos.

A partir de la puesta en marcha de este nuevo mecanismo licitatorio, en las primeras tres operaciones pudo observarse que fue creciendo lentamente el nivel de ofertas aceptadas.

En la primera licitación, de los $ l50 millones ofertados se aceptaron sólo $ 9,8 millones, notándose cierta reticencia en la oferta.

En la segunda operación sólo se aceptó el 5% de las ofertas, que sumaron $ 439 millones, por lo que se recompró unos $ 20 millones.

Por último, hacia mediados de septiembre, sobre una oferta de $ 390 millones, la Tesorería decidió recomprar unos $ 50 millones, fundamentalmente en BODEN 2012 y Cupón PBI en pesos.

PERSPECTIVAS

El anuncio referido al pago de la deuda con el Club de París utilizando las reservas del Banco Central, podría reavivar el pedido de reapertura de negociaciones por parte de los bonistas que no entraron oportunamente en la reestructuración de la deuda cerrada en 2005.
La Tesorería analiza la posibilidad de una refinanciación de los elevados vencimientos del año 2009, especialmente en lo referido a los Préstamos Garantizados en poder de los bancos, canjeándolos por bonos en pesos con mercado secundario.