Informe Económico de Coyuntura

Nº 293 - Enero 2009 - AÑO 27

 MONEDA Y FINANZAS

SITUACION

En un contexto en el que la fuga de divisas se suaviza pero no se detiene y el Banco Central sigue adelante con la flotación administrada del dólar tratando de no perder reservas, las autoridades impulsan un proyecto de blanqueo de capitales.
Se logra frenar, al menos momentáneamente, la caída de los depósitos a costa de un importante aumento de las tasas de interés, que termina restringiendo el crédito y el nivel de actividad. Se anuncian líneas de préstamos específicos para morigerar esta tendencia.

Dólar y blanqueo de capitales

El proceso de fuga de divisas que comenzó a verificarse de manera más o menos constante desde mediados del año 2007, momento en que se inicia la crisis en EE.UU. con las hipotecas de baja calidad, suma ya unos u$s 25.000 millones.

En noviembre, la presión sobre el dólar ha sido menor, en especial si se compara con lo registrado durante la confrontación con el sector agropecuario del segundo trimestre y especialmente con respecto a lo observado en octubre último.

La tranquilidad que mostró la cotización de la divisa norteamericana en noviembre (cayó 0,6% cerrando en $ 3,38 gracias a la flotación administrada y a una menor presión de la demanda) se vio alterada apenas se inició diciembre, ya que el dólar subió nueve centavos en apenas unas pocas jornadas, ante cierta pasividad del Banco Central.

Cabe señalar que tomando los datos de fines de agosto de 2008, dos meses después el peso argentino se había devaluado 12%, en tanto que el mexicano y el chileno lo habían hecho en 24% y el real brasileño en 32%.

La transitoria calma vista en el mercado cambiario en noviembre le permitió a la autoridad monetaria recuperar parcialmente el nivel de reservas, pasando de u$s 45.462 millones a fin de octubre a unos 46.074 millones un mes después.

En este contexto signado por la fuga de divisas y una crisis internacional con escasos precedentes, el Gobierno nacional anunció el envío al Congreso de un proyecto de ley que implica un amplio blanqueo de capitales.

Los contribuyentes pagarían una alícuota especial dependiendo de la modalidad de la operación. Si se declaran bienes o divisas en el exterior sin ingresarlos al país, será de 8%. En caso de destinarlos a la adquisición de títulos públicos la alícuota baja a 3% y, por último, a 1% si se destinan a compra de viviendas nuevas, construcciones, obras de infraestructura e inversiones tanto inmobiliarias como agroganaderas o industriales.

Las inversiones financieras deberán permanecer congeladas por 24 meses y el plazo para realizar la operación de blanqueo es de seis meses desde la vigencia de la ley.

Depósitos, tasas y préstamos

Luego de un mes de octubre en que se registró una abrupta caída de los depósitos del sector privado en pesos -finalmente se contabilizó un descenso de $ 7.200 millones en ese período- noviembre mostró mayor tranquilidad.

Cierto apaciguamiento en la cotización del dólar y elevados niveles de tasas de interés pasivas, lograron que los ahorristas renovaran sus operaciones en pesos, aunque cabe destacar que si bien los depósitos privados de particulares y empresas crecieron en $ 1.800 millones en este período, las imposiciones a plazo fijo sólo lo hicieron en 140 millones.

Esta situación se dio a pesar de que las tasas de interés que remuneran estas operaciones se encuentran en niveles positivos en términos reales, ya que se ubicaban en el orden del 22% anual para grandes inversores y en 17% para los medianos, en momentos de cierta desaceleración de la tasa de crecimiento de los precios.

Con respecto a la política crediticia, la misma está directamente vinculada tanto a la evolución de los depósitos, como a las expectativas de los agentes económicos y el nivel de actividad.

Todas estas variables parecen estar jugando en contra en los últimos meses, por lo que no causa sorpresa que el nivel de préstamos del sistema, que venía creciendo a una tasa del 40% anual en los últimos años y hasta mayo último, ahora registra un crecimiento que apenas supera la mitad de ese valor.

Además, las tasas de interés activas han aumentado hasta niveles del 35% anual para empresas de primera línea, en tanto que el costo financiero que deben afrontar particulares y pequeñas empresas llega incluso a duplicar ese porcentaje.

Ante esta situación, el Gobierno nacional dispuso una serie de líneas crediticias en el marco de un amplio paquete de apoyo a la producción, con el objetivo de revertir o al menos suavizar el descenso del nivel de actividad que se registra en muchos sectores de la economía.

Estos préstamos serían entregados por los bancos fondeándose en depósitos a plazo fijo licitados por la ANSeS, a lo que se sumarían otros fondos como los LEBAC y fondos del Banco Nación.

Se prevé destinar un total de $ 13.200 millones a la compra de autos, electrodomésticos y turismo, entre otros sectores, si bien habría que descontar de ese monto los préstamos ya otorgados por los bancos con los citados depósitos a plazo fijo.

Evolución de bonos y acciones

Los títulos BODEN se transformaron en la inversión financiera descollante en noviembre. La serie 2015 en dólares creció 41%, en tanto que la 2012 lo hizo en 38%.

A pesar de estos guarismos, el nivel de riesgo país cerró ese período en 1.795 puntos.

En cuanto al panel de acciones líderes, el índice MERVAL cayó 1,66%, por lo que se ubicó apenas por debajo de los 1.000 puntos.

Con respecto al Cupón PBI en dólares, subió en noviembre 24%, viéndose favorecido por el anuncio de las autoridades en el sentido de contar ya con los u$s 1.400 millones necesarios para hacer frente al pago anual de este título, en lo que representa la mayor erogación del último trimestre del año.

PERSPECTIVAS

Uno de los principales cuellos de botella que enfrenta la economía argentina de cara a 2009 es la probable escasez de divisas, necesarias para lubricar la economía y hacer frente al pago de los vencimientos de deuda, ante la caída de los precios de los exportables y la fuga hacia el dólar.
Ante este panorama, las opciones de política se dirigen hacia un mayor uso de las reservas disponibles en el Banco Central, un incremento de la financiación externa, en especial de los organismos internacionales, o una devaluación de la moneda local en sintonía con lo que ocurre en la región.