Informe Económico de Coyuntura

Nº 297 - Junio 2009 - AÑO 27

 SECTOR AGROPECUARIO

SITUACION

Ante los evidentes efectos de la sequía, que produjo una reducción de la producción de granos, así como de la perspectiva de una escasa siembra de trigo, las autoridades nacionales adoptaron una medida para incentivar a ese grano a alcanzar una superficie capaz, al menos, de abastecer cómodamente al mercado interno.
Una noticia muy importante es la recuperación del precio de la soja, cuyo ascenso permitirá compensar en parte -dado su destino predominantemente exportador-, la contracción de la producción atribuible a la sequía, tanto para los ingresos de los productores como para la recaudación fiscal.

Las perspectivas del trigo

Es casi completa la unanimidad en torno a la superficie estimada de trigo de la nueva campaña, cuyo inicio tendrá lugar en el mes de julio y que se vería reducida a no más de 3,7 millones de hectáreas, muy por debajo de los 4,55 millones del ciclo pasado. Una de las principales causas de esta contracción radica en la falta de humedad en los suelos, agravada por la perspectiva de la continuidad de un otoño seco y de un invierno que se perfila también poco prometedor en materia de lluvias.

A las condiciones climáticas se agregaba, hasta la medida que a continuación se comenta, la experiencia de tres campañas consecutivas en las cuales los productores de trigo recibieron un pago por parte de los molinos que estaba muy lejos del vigente en el mercado internacional. La meta del Gobierno de mantener el precio interno de la harina al alcance de la población, tuvo como consecuencia el desacople entre ambos precios y la caída de los ingresos de los productores, con su consecuente malestar.

Ante la perspectiva de una campaña con resultados muy ajustados, las autoridades adoptaron una medida que ofrece la posibilidad de solucionar varios problemas a la vez. Se trata de la firma de un acuerdo con el sector exportador, por medio del cual éste se compromete a adquirir un millón de toneladas, pagando el equivalente a la cotización internacional, pero el cereal no podría destinarse a la exportación sino al mercado interno. Sólo en noviembre, si se verifica un saldo exportable, podrán realizarse ventas al exterior, es decir que quedará sujeto al resultado de la campaña que se inicia.

Los resultados esperados por la concreción de estas compras serían, por un lado, el incentivo para el cultivo por parte de productores que, esperando precios como los vigentes en campañas anteriores, no estaban motivados para producirlo. Por otro, induciría a los productores que hubieran retenido trigo de la campaña 2008/09 a desprenderse de esos remanentes.

A su vez, los volúmenes no declarados que estuvieran en poder de los exportadores se declararían ante la AFIP, a cambio de la autorización para exportar el millón de toneladas a cuenta de la campaña 2009/10, previo pago de retenciones. Por fin, y precisamente por ese previo pago, el Estado recaudaría de forma adelantada los derechos de exportación.

Una medida adicional adoptada por el Gobierno fue la ampliación del plazo -en la venta de todos los cereales y oleaginosas- para la concreción de las operaciones de exportación, plazo que fue extendido de 180 a 365 días, con la salvedad de que los exportadores deberán pagar los derechos de exportación al momento de solicitar los ROE correspondientes. La medida permitirá la revigorización de los mercados de futuros. Para el caso en el que no se adelanten las retenciones, el plazo para vender los granos seguirá siendo de 45 días.

La recuperación del precio de la soja

No fue ajeno al proceso de recuperación del precio internacional de la soja, la caída esperada de la producción argentina de esta oleaginosa. Las estimaciones varían significativamente, desde el USDA que mantiene un pronóstico de 39 millones de toneladas, hasta las fuentes privadas, que la ubican en 31 millones.

La Bolsa de Cereales, por su parte, informó que, sobre la base del 80 % de la superficie cosechada, el rendimiento promedio obtenido a nivel nacional es de 20 quintales por hectárea, frente a los 28 quintales de la campaña anterior. La producción resultante sería para esa institución, de 34 millones de toneladas.

El precio alcanzado en el mercado de Chicago a principios del mes de mayo se ubicó, con u$s 417 la tonelada, en un nivel 20% superior al de principios de abril. Contribuyeron a producir ese incremento la ya mencionada contracción de la producción argentina, las importantes compras que continuó realizando China y la contracción de las existencias de Estados Unidos.

En el mercado interno también se produjo un importante ascenso de las cotizaciones, hecho que impulsó la realización de ventas de mercadería retenida. La puja de la demanda para abastecer a las fábricas procesadoras, cuya capacidad de molienda es muy superior a la producción actual, fue la impulsora de este ascenso.

Cabe destacar que este resultado es en parte atribuible a la medida adoptada por el Gobierno nacional en abril, cuando dispuso la suspensión del régimen de importación temporaria de soja en grano para su transformación en aceite, precisamente con el objetivo de lograr un incremento de los valores pagados a los productores locales.

PERSPECTIVAS

Puede esperarse en principio una continuidad de los precios vigentes en el mercado internacional, al menos para la soja.
En cuanto a la señal de las medidas adoptadas en el marco del acuerdo con los exportadores, sería interesante que no se vea contrarrestada por trabas burocráticas derivadas de un cierto apresuramiento en la puesta en vigencia de medidas tendientes a reducir la evasión impositiva del sector.

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