Informe Económico de Coyuntura

Nº 302 - Noviembre 2009 - AÑO 28

 ECONOMIA INTERNACIONAL

SITUACION

En un contexto de afirmación de la incipiente recuperación económica global, si bien con una evolución asimétrica según los países, se ha comenzado a plantear la conveniencia de ir levantando las diversas medidas de estímulo adoptadas para enfrentar la recesión en los países desarrollados.
Continúa firme la devaluación del dólar -habiendo cruzado la barrera de u$s 1,50 por euro en la segunda quincena de octubre-, impulsado por una serie de factores tales como la muy fuerte expansión de liquidez en Estados Unidos; el enorme déficit presupuestario del país; las ventas de los bancos centrales que buscan diversificar sus reservas, y el comienzo de la recuperación económica que estimula inversiones en otros activos de mayor rendimiento.
Diversas voces han mostrado preocupación sobre la discrepancia observada entre, por un lado, los billones de dólares destinados a auxiliar a bancos y empresas, y por otro, el considerable aumento de la pobreza a raíz de la crisis y el demorado aporte de u$s 33.000 millones prometidos a los países pobres hasta 2010.

El crecimiento económico de China

China aceleró su tasa de crecimiento económico en el tercer trimestre del año, al aumentar su producto interno bruto (PIB) 8,9% en términos interanuales, luego de 6,1% en el primer trimestre y 7,9% en el segundo.

Con un crecimiento acumulado de 7,7% en los nueve primeros meses del año, el gobierno señaló que ahora sería más fácil lograr su objetivo de una expansión de 8% en 2009, ritmo considerado como el mínimo necesario para mantener limitados el desempleo y las tensiones sociales.

Al señalado crecimiento de 7,7% contribuyó la inversión con 7,3 puntos porcentuales de aumento, mientras que el consumo aportó 4 puntos, superándose así la contribución negativa de las exportaciones netas en 3,6 puntos.

El plan de estímulo económico adoptado por el gobierno ante la crisis internacional incluyó fundamentalmente una gran expansión del crédito bancario y un considerable gasto en obras de infraestructura (ferrocarriles, carreteras, plantas de energía, viviendas), aumentando así la demanda interna de bienes y servicios ante la contracción de las exportaciones por efecto de la crisis internacional.

Recientemente, las autoridades han manifestado que mantendrán los programas de estímulo a fin de no debilitar el ritmo de crecimiento, si bien estarán atentos a la evolución de las expectativas inflacionarias.

Según The Economist, en 2009 la demanda interna podría aumentar hasta 11,5% en términos reales, correspondiendo al consumo familiar un incremento de 9,3%. A su vez, la inversión real fija subiría 14,8%, con lo cual crecería más rápido que el PIB en prácticamente todos los años de la última década.

Las estimaciones predominantes apuntan a un crecimiento de la economía china de 8,3% en 2009 y de 9,4% en 2010, esperándose que el gigante asiático se convierta en el segunda economía más grande del mundo en 2010.

A raíz de los efectos de la crisis y posterior recesión internacional -incluida la desaceleración de la economía china-, han disminuido notablemente sus importaciones y exportaciones, pero estas últimas en mayor medida, por lo cual se han reducido sus elevados superávit del balance comercial y la cuenta corriente del balance de pagos.

En este sentido, el superávit de la cuenta corriente pasó de representar 10% del PIB en el primer semestre de 2008 a 6,5% en el mismo lapso del corriente año, o sea, una baja sustancial pero que aún deja un superávit especialmente elevado.

Esa tendencia se ha visto confirmada con las cifras del comercio exterior chino en septiembre último, cuando las exportaciones cayeron 15,2% respecto de igual mes del año anterior, en tanto que las importaciones bajaron sólo 3,5%.

Si el gobierno de China confirmara en el tiempo su propósito de impulsar la demanda interna, especialmente el consumo -enfrentando así las elevadas desigualdades sociales y territoriales-, esto se podría reflejar en menores superávit externos. Esto último equivale a decir que Estados Unidos y otros países desarrollados tendrían menores déficit en sus cuentas externas, pudiéndose así tender a converger al menos parcialmente los objetivos de ambas partes.

Los déficit en los países desarrollados

El presidente de la Reserva Federal -la autoridad monetaria de Estados Unidos- expresó que es necesaria una reducción sustancial del déficit presupuestario del país en forma gradual.

El déficit fiscal estadounidense se ha visto incrementado enormemente a raíz de las operaciones de rescate de bancos y empresas y los programas de estímulo, adoptados para enfrentar la crisis y la recesión en el país. Se estima que el déficit ha ascendido a aproximadamente un 11% del PIB, alcanzando el mayor valor desde la segunda guerra mundial.

Al respecto, se da el caso único de que el enorme déficit es financiado fácilmente por los inversores mediante la compra de bonos del Tesoro con muy bajos rendimientos, por ser considerados como la colocación de fondos más segura, incluso durante la actual crisis. Esto se sustenta en la capacidad de la Reserva Federal para emitir la moneda de reserva internacional con que serán pagados esos bonos.

Recientemente, el FMI alertó sobre los riesgos de no controlar los niveles de deuda de los países desarrollados, indicando que los gobiernos deberían actuar por varios caminos para llevar la deuda pública a niveles cercanos a 60% del PIB en los 20 años próximos. Para alcanzar este objetivo, dichos países tendrían que pasar de los presentes déficit promedio de 3,5% del PIB a superávit cercanos a 4,5%.

PERSPECTIVAS

Continuando los comportamientos observados en 2009, se estima que en el próximo año las tasas de crecimiento económico de los países emergentes -China, India, Brasil y otros- se ubiquen sensiblemente por arriba de las correspondientes a los países desarrollados.
El mayor ritmo de crecimiento de la economía china en el tercer trimestre del corriente año ha confirmado su papel de principal país aportante al sostenimiento del nivel de actividad global, estimándose para 2010 una tasa de aumento de su PIB cercana a 9%, que se situaría así algo por encima del desempeño observado en 2009.
Según el FMI, en el corriente año la economía latinoamericana tendría una contracción de 2,5%, estimando para 2010 un crecimiento de 2,9%, influido positivamente por la reactivación esperada para la economía de Brasil.

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