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A medida que transcurre el corriente año se confirma una
recuperación significativa del nivel de actividad, que involucra a la mayor parte de los
sectores y muy especialmente, a aquellos rubros -automotores, acero, agricultura- que más
habían sido afectados por la crisis internacional en 2009.
Los recientes datos suministrados por el Indec sobre la evolución de las cuentas
nacionales en el primer trimestre del año en curso, señalan que el producto
interno bruto (PIB) se expandió 6,8% con relación a igual período del año
anterior. Además, estimaciones privadas referidas a los cinco primeros meses del año
confirman esta dinámica de crecimiento.
En materia industrial, la información oficial registra un incremento anualizado
de 9,5% en el período enero-mayo 2010, si bien con un comportamiento
heterogéneo al interior del sector manufacturero. Como ya fue señalado, sobresale la
expansión del sector automotor (58,1%), de acero crudo (53,1%) y de otras ramas más
vinculadas al mercado interno, como por ejemplo, la industria textil (24,6%). Sin embargo,
también se observan retrocesos en la industria alimenticia (-3,0%) -por la incidencia en
particular del procesamiento de carnes rojas (-11,9%)-, en papel y cartón (-0,3%) y en
refinación del petróleo (-0,2%).
Asociado al fenómeno de la reactivación productiva -y en parte también al proceso
inflacionario-, se registra un importante incremento de la recaudación tributaria,
que en la comparación interanual, creció 29,7% en los primeros cinco meses del año. A
su vez, dentro de los impuestos más significativos se destacan los aumentos en Ganancias
(43,3%) y en el IVA-Aduana (43,2%), circunstancia esta última que expresa el fuerte
incremento de las importaciones.
Como consecuencia de la mejora en la recaudación también se verificó un incremento en
el resultado fiscal primario -esto es, antes del pago de intereses de la deuda pública-,
que en el período enero-mayo 2010, superó en 33,6% el guarismo de igual lapso de 2009.
De todos modos, cabe reconocer que los números fiscales de la primera mitad de 2009
estaban afectados negativamente, en materia de ingresos, por la recesión y, al contrario,
sobreexpandidos en el gasto -en particular, en la obra pública- por razones
preelectorales.
El mayor nivel de actividad económica y el aumento del consumo interno están provocando
una vigorosa expansión de las importaciones, que, además del efecto señalado en materia
tributaria, están marcando una contracción del superávit de comercio exterior. Es que
en los primeros cinco meses del año, mientras las exportaciones crecieron 17%, las
compras en el exterior lo hicieron en 44%, con lo cual el superávit comercial cayó 27%
(a u$s 6.157 millones).
Llama la atención, en principio, el menor dinamismo de las exportaciones, considerando el
elevado crecimiento de la producción agrícola -en especial de la soja- con relación a
la del año anterior, que resultó afectada por una intensa sequía. Las razones obedecen,
por un lado, a una cierta dilación en las ventas por parte de los productores a la espera
de mejores precios internacionales y por el otro, a la caída en las exportaciones de
aceite de soja -y como consecuencia también de harina y pellets de la extracción de
aceite de soja-, afectadas por las restricciones impuestas por China, principal comprador
mundial. De todos modos, las exportaciones tenderán a acelerarse en los próximos meses,
de manera que es factible esperar un superávit de comercio exterior para todo
2010 del orden de los u$s 15.000 millones.
El incremento de las importaciones, además de tener relación con el aumento de la
demanda interna, también podría asociarse al deterioro de la paridad cambiaria real,
variable que está siendo erosionada por un nivel inflacionario claramente superior al
registrado en 2009. Frente al mayor aumento de los precios, si bien el debilitamiento
cambiario puede jugar un papel moderador, resulta un instrumento insuficiente para ser
considerada una política antiinflacionaria. Esta última requeriría, además, un rol
activo de las políticas monetaria, fiscal y de ingresos.
En definitiva, en un contexto de importante reactivación económica, cabe considerar,
simultáneamente, que los eventuales efectos internacionales de la crisis europea y, en el
plano interno, la fragilidad de las cuentas fiscales, la exacerbación de la puja
distributiva y la aceleración inflacionaria, generan un escenario de
incertidumbre hacia el mediano plazo. Frente a ello, las condiciones para
impulsar un crecimiento sostenido -en particular, la inversión productiva- tienden a
moderarse a la espera de definiciones más concretas y sustentables en el tiempo. |
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El balance cambiario incluye las operaciones cursadas por el
mercado único y libre de cambios (MULC) y el Banco Central (BCRA),
constituyendo una descripción básica de la evolución del sector externo de la
economía.
En el primer trimestre del corriente año, las operaciones de compra y venta de
moneda extranjera de clientes con las entidades autorizadas en el MULC,
alcanzaron un volumen de unos u$s 45.100 millones y resultaron prácticamente
equilibradas, pues sólo se observó un déficit de 85 millones, o sea, una significativa
mejora con relación al déficit de 2.171 millones registrado en el mismo período de
2009.
En dicho período la cuenta corriente del balance cambiario (mercancías,
servicios y rentas) presentó un superávit de u$s 2.190 millones, monto inferior en 22%
al registrado en el mismo lapso de 2009.
En línea con el comportamiento del sector externo desde la salida del régimen de
convertibilidad, la cuenta corriente del balance cambiario siguió arrojando saldo
positivo. El superávit de los últimos cuatro trimestres calendario equivalió a
aproximadamente 3 % del producto interno bruto (PIB)
La reducción del superávit de la cuenta corriente reflejó, en primer lugar, la baja
observada en el ingreso neto de las transferencias por mercancías, el cual fue de u$s
3.197 millones, o sea, 11% menos que en el primer trimestre del año precedente, debido a
las siguientes variaciones:
los cobros por exportaciones totalizaron u$s 12.920
millones, mostrando un alza de 6%, y
los pagos por importaciones ascendieron a u$s 9.722 millones, implicando
un aumento de 13%.
Las
operaciones computadas en concepto de servicios resultaron en un ingreso
neto de u$s 41 millones, frente a un saldo positivo de 91 millones en el primer trimestre
de 2009. Ese resultado se explicó básicamente por ingresos netos por servicios
empresariales, profesionales y técnicos en alrededor de u$s 500 millones y por turismo y
viajes en unos 370 millones (recuperación del turismo internacional), y egresos netos por
fletes, seguros y otros servicios en unos 850 millones.
A su vez, las operaciones por rentas presentaron en el primer trimestre
del año una salida neta de u$s 1.266 millones, monto superior en 17% al registrado en
igual lapso de 2009, con la siguiente desagregación:
los pagos netos de intereses sumaron u$s
683 millones, con una disminución interanual de 9%, influida -tanto los ingresos como los
egresos- por la baja de la tasa de interés internacional;
los giros netos de utilidades y dividendos a través del
mercado de cambios alcanzaron a u$s 583 millones, con un incremento de 74%, destacándose
los pagos de empresas de alimentos, bebidas y tabaco; metales comunes; químicos, y
petróleo.
Por otra
parte, la cuenta capital y financiera exhibió en el primer trimestre un
déficit de u$s 2.493 millones, saldo menor en sólo 1% interanual.
Ese déficit obedeció principalmente al saldo negativo del sector privado no
financiero (u$s 3.384 millones), compensado sólo parcialmente por los ingresos
netos del sector público y BCRA (629 millones) y del sector financiero (117 millones).
El resultado negativo del sector privado no financiero -inferior en 33% al déficit del
primer trimestre de 2009- se explicó básicamente por el activo comportamiento de la
demanda por parte de residentes de activos externos de libre disponibilidad, que en su
mayor parte se canalizó a través de la compra neta de billetes en moneda extranjera, la
cual registró una marcada desaceleración desde mediados de febrero.
El citado superávit del sector público y BCRA reflejó básicamente los
desembolsos netos de organismos internacionales y otros bilaterales.
En síntesis, puede señalarse que el superávit de u$s 2.190 millones de la cuenta
corriente cambiaria fue superado por el déficit de 2.493 millones de la cuenta capital y
financiera, resultando una contracción de las reservas internacionales del Banco Central
en 303 millones.
A fin de marzo último, las reservas internacionales sumaron u$s 47.460 millones, nivel
mayor en 2% al observado un año atrás. |