Informe Económico de Coyuntura

Nº 309 - Julio 2010 - AÑO 29

 ANALISIS GLOBAL

Reactivación presente e incertidumbre de mediano plazo
Evolución del balance cambiario

Reactivación presente e incertidumbre de mediano plazo

A medida que transcurre el corriente año se confirma una recuperación significativa del nivel de actividad, que involucra a la mayor parte de los sectores y muy especialmente, a aquellos rubros -automotores, acero, agricultura- que más habían sido afectados por la crisis internacional en 2009.

Los recientes datos suministrados por el Indec sobre la evolución de las cuentas nacionales en el primer trimestre del año en curso, señalan que el producto interno bruto (PIB) se expandió 6,8% con relación a igual período del año anterior. Además, estimaciones privadas referidas a los cinco primeros meses del año confirman esta dinámica de crecimiento.

En materia industrial, la información oficial registra un incremento anualizado de 9,5% en el período enero-mayo 2010, si bien con un comportamiento heterogéneo al interior del sector manufacturero. Como ya fue señalado, sobresale la expansión del sector automotor (58,1%), de acero crudo (53,1%) y de otras ramas más vinculadas al mercado interno, como por ejemplo, la industria textil (24,6%). Sin embargo, también se observan retrocesos en la industria alimenticia (-3,0%) -por la incidencia en particular del procesamiento de carnes rojas (-11,9%)-, en papel y cartón (-0,3%) y en refinación del petróleo (-0,2%).

Asociado al fenómeno de la reactivación productiva -y en parte también al proceso inflacionario-, se registra un importante incremento de la recaudación tributaria, que en la comparación interanual, creció 29,7% en los primeros cinco meses del año. A su vez, dentro de los impuestos más significativos se destacan los aumentos en Ganancias (43,3%) y en el IVA-Aduana (43,2%), circunstancia esta última que expresa el fuerte incremento de las importaciones.

Como consecuencia de la mejora en la recaudación también se verificó un incremento en el resultado fiscal primario -esto es, antes del pago de intereses de la deuda pública-, que en el período enero-mayo 2010, superó en 33,6% el guarismo de igual lapso de 2009. De todos modos, cabe reconocer que los números fiscales de la primera mitad de 2009 estaban afectados negativamente, en materia de ingresos, por la recesión y, al contrario, sobreexpandidos en el gasto -en particular, en la obra pública- por razones preelectorales.

El mayor nivel de actividad económica y el aumento del consumo interno están provocando una vigorosa expansión de las importaciones, que, además del efecto señalado en materia tributaria, están marcando una contracción del superávit de comercio exterior. Es que en los primeros cinco meses del año, mientras las exportaciones crecieron 17%, las compras en el exterior lo hicieron en 44%, con lo cual el superávit comercial cayó 27% (a u$s 6.157 millones).

Llama la atención, en principio, el menor dinamismo de las exportaciones, considerando el elevado crecimiento de la producción agrícola -en especial de la soja- con relación a la del año anterior, que resultó afectada por una intensa sequía. Las razones obedecen, por un lado, a una cierta dilación en las ventas por parte de los productores a la espera de mejores precios internacionales y por el otro, a la caída en las exportaciones de aceite de soja -y como consecuencia también de harina y pellets de la extracción de aceite de soja-, afectadas por las restricciones impuestas por China, principal comprador mundial. De todos modos, las exportaciones tenderán a acelerarse en los próximos meses, de manera que es factible esperar un superávit de comercio exterior para todo 2010 del orden de los u$s 15.000 millones.

El incremento de las importaciones, además de tener relación con el aumento de la demanda interna, también podría asociarse al deterioro de la paridad cambiaria real, variable que está siendo erosionada por un nivel inflacionario claramente superior al registrado en 2009. Frente al mayor aumento de los precios, si bien el debilitamiento cambiario puede jugar un papel moderador, resulta un instrumento insuficiente para ser considerada una política antiinflacionaria. Esta última requeriría, además, un rol activo de las políticas monetaria, fiscal y de ingresos.

En definitiva, en un contexto de importante reactivación económica, cabe considerar, simultáneamente, que los eventuales efectos internacionales de la crisis europea y, en el plano interno, la fragilidad de las cuentas fiscales, la exacerbación de la puja distributiva y la aceleración inflacionaria, generan un escenario de incertidumbre hacia el mediano plazo. Frente a ello, las condiciones para impulsar un crecimiento sostenido -en particular, la inversión productiva- tienden a moderarse a la espera de definiciones más concretas y sustentables en el tiempo.

Evolución del balance cambiario

El balance cambiario incluye las operaciones cursadas por el mercado único y libre de cambios (MULC) y el Banco Central (BCRA), constituyendo una descripción básica de la evolución del sector externo de la economía.

En el primer trimestre del corriente año, las operaciones de compra y venta de moneda extranjera de clientes con las entidades autorizadas en el MULC, alcanzaron un volumen de unos u$s 45.100 millones y resultaron prácticamente equilibradas, pues sólo se observó un déficit de 85 millones, o sea, una significativa mejora con relación al déficit de 2.171 millones registrado en el mismo período de 2009.

En dicho período la cuenta corriente del balance cambiario (mercancías, servicios y rentas) presentó un superávit de u$s 2.190 millones, monto inferior en 22% al registrado en el mismo lapso de 2009.

En línea con el comportamiento del sector externo desde la salida del régimen de convertibilidad, la cuenta corriente del balance cambiario siguió arrojando saldo positivo. El superávit de los últimos cuatro trimestres calendario equivalió a aproximadamente 3 % del producto interno bruto (PIB)

La reducción del superávit de la cuenta corriente reflejó, en primer lugar, la baja observada en el ingreso neto de las transferencias por mercancías, el cual fue de u$s 3.197 millones, o sea, 11% menos que en el primer trimestre del año precedente, debido a las siguientes variaciones:

los cobros por exportaciones totalizaron u$s 12.920 millones, mostrando un alza de 6%, y

los pagos por importaciones ascendieron a u$s 9.722 millones, implicando un aumento de 13%.

Las operaciones computadas en concepto de servicios resultaron en un ingreso neto de u$s 41 millones, frente a un saldo positivo de 91 millones en el primer trimestre de 2009. Ese resultado se explicó básicamente por ingresos netos por servicios empresariales, profesionales y técnicos en alrededor de u$s 500 millones y por turismo y viajes en unos 370 millones (recuperación del turismo internacional), y egresos netos por fletes, seguros y otros servicios en unos 850 millones.

A su vez, las operaciones por rentas presentaron en el primer trimestre del año una salida neta de u$s 1.266 millones, monto superior en 17% al registrado en igual lapso de 2009, con la siguiente desagregación:

los pagos netos de intereses sumaron u$s 683 millones, con una disminución interanual de 9%, influida -tanto los ingresos como los egresos- por la baja de la tasa de interés internacional;

los giros netos de utilidades y dividendos a través del mercado de cambios alcanzaron a u$s 583 millones, con un incremento de 74%, destacándose los pagos de empresas de alimentos, bebidas y tabaco; metales comunes; químicos, y petróleo.

Por otra parte, la cuenta capital y financiera exhibió en el primer trimestre un déficit de u$s 2.493 millones, saldo menor en sólo 1% interanual.

Ese déficit obedeció principalmente al saldo negativo del sector privado no financiero (u$s 3.384 millones), compensado sólo parcialmente por los ingresos netos del sector público y BCRA (629 millones) y del sector financiero (117 millones).

El resultado negativo del sector privado no financiero -inferior en 33% al déficit del primer trimestre de 2009- se explicó básicamente por el activo comportamiento de la demanda por parte de residentes de activos externos de libre disponibilidad, que en su mayor parte se canalizó a través de la compra neta de billetes en moneda extranjera, la cual registró una marcada desaceleración desde mediados de febrero.

El citado superávit del sector público y BCRA reflejó básicamente los desembolsos netos de organismos internacionales y otros bilaterales.

En síntesis, puede señalarse que el superávit de u$s 2.190 millones de la cuenta corriente cambiaria fue superado por el déficit de 2.493 millones de la cuenta capital y financiera, resultando una contracción de las reservas internacionales del Banco Central en 303 millones.

A fin de marzo último, las reservas internacionales sumaron u$s 47.460 millones, nivel mayor en 2% al observado un año atrás.