Informe Económico de Coyuntura

Nº 309 - Julio 2010 - AÑO 29

 TEMAS DE ACTUALIDAD

Las PyMEs argentinas en el escenario post convertibilidad. Políticas públicas, situación y perspectivas. (1)

Las PyMEs argentinas en el escenario post convertibilidad. Políticas públicas, situación y perspectivas. (1)

El desempeño de las MiPyMEs durante el período de post-convertibilidad mostró signos de gran vigor y crecimiento, y fue sustancialmente mejor que el de la década pasada. La actividad emprendedora se recuperó y crecieron el empleo, la inversión y las exportaciones. La recomposición de la rentabilidad, la cual triplicó los guarismos de los mejores años de la década pasada, permitió financiar la expansión del sector, el cual se vio favorecido por un mejor ambiente macroeconómico. En este marco, la actividad de las MiPyMEs mostró un importante dinamismo incluso en sectores con mayor contenido tecnológico y agregación de valor, es decir ramas de la economía que en la década pasada tenían un comportamiento recesivo y en el que las MiPyMEs tenían pocas capacidades de desarrollo y posibilidades de éxito.

Los indicadores dan cuenta del tradicional peso de las MiPyMEs en la economía. El empleo de las MiPyMEs explica cerca del 70% del empleo asalariado privado, el 99% de las empresas son MiPyMEs y también han tenido una participación preponderante en la inversión.

Orientación de la política pyme

La política pyme debería complementarse más con la política industrial, abandonando un criterio asistencialista para comenzar a formar parte más activa de una estrategia de desarrollo productivo.

Por otra parte, es clave poder estimular el surgimiento de nuevas ramas productivas a partir de la articulación de la actividad de las pymes y sus aglomeraciones sectoriales y territoriales. En primer lugar, se busca que la Argentina sea capaz de crear productos diferenciados, que son aquellos que poseen mayor valor agregado y dinamismo en el mercado internacional. A partir de la innovación, Argentina puede fundar y refundar ramas industriales y de servicios especializados que le permitan posicionarse en ciertos nichos. La industria aeronáutica es uno de ellos, en la que existen capacidades que no son plenamente aprovechadas para ocupar ciertos nichos de aviación comercial, turismo, etc. Otros ejemplos en la materia son algunas ramas de la industria farmacéutica, biotecnología, algunos productos químicos, producción electrónica y satelital, maquinaria y equipos, entre otras.

En segundo lugar, se apunta a que el desarrollo de nuevas ramas productivas fortalezca a toda la cadena productiva y tenga un fuerte impacto social y regional. No es lo mismo generar armadurías de productos importados que desarrollar la mayor cantidad posible de productos y servicios que componen una rama industrial. Entonces es importante apuntar en las dos direcciones: que se desarrollen nuevos productos y ramas productivas en forma concomitante al desarrollo de toda la cadena productiva y, más ampliamente, de la región en la que se insertan las nuevas actividades.

La cuestión del financiamiento

Tras el inicio de la recuperación, la fuerte recomposición de la rentabilidad permitió a las pymes financiar capital de trabajo y algunas inversiones con fondos propios. Se trató en general de pequeñas inversiones destinadas a recomponer el deterioro del stock de capital y reparar maquinarias. A medida que se fue profundizando la fase ascendente del ciclo las necesidades financieras se intensificaron. La reaparición del crédito bancario y del mercado de capitales resultaron insuficientes. De este modo, muchas empresas debieron seguir financiándose con sus propios fondos, situación que llevó a que muchas inversiones no se concretaran o se realizaran en forma parcial y paulatina en función de la disponibilidad de recursos.

Los problemas del financiamiento, si bien se han ido modificando y han ofrecido diferentes matices a lo largo del período 2003-2007, continúan resumiéndose en dos grandes item: plazo y accesibilidad. El primer aspecto se relaciona con las dificultades para obtener fuentes de fondeo a largo plazo y, en tal sentido, la experiencia del Programa Global de Crédito muestra que generando una adecuada ingeniería de oferta es posible canalizar crédito a largo plazo. Tomar esa experiencia y vincularla también con opciones que tiene la banca pública puede permitir movilizar una amplia masa de recursos para financiar inversiones. También es importante tomar en consideración los recursos de los fondos de jubilaciones y pensiones a través de la estructuración de instrumentos financieros destinados al financiamiento de proyectos de inversión en economías regionales. Hoy están dadas las condiciones regulatorias para que esto tenga lugar, sólo resta que los interesados (gobiernos locales, instituciones de apoyo, cámaras empresariales, etc.) trabajen en la articulación de los instrumentos financieros. Cabe también agregar un comentario respecto a cuestiones regulatorias que permitan equiparar las desiguales rentabilidades relativas que tienen los créditos a la producción vis a vis los destinados al consumo. En tal sentido, la instrumentación de encajes diferenciales podría ser una herramienta apropiada.

El segundo aspecto tiene que ver con las dificultades que arrastran las pymes, sobre todo las más pequeñas, para acceder al crédito. Existen aquí problemas de informalidad y también de cierto desinterés por parte de la banca comercial. Generar nuevos sujetos de crédito debería ser una política tan importante como aumentar el volumen de crédito y extender los plazos para aquellos que ya acceden, fundamentalmente porque en el núcleo de los excluidos hay muchas empresas dinámicas de reciente creación y con muchas oportunidades de crecimiento. El sistema de SGR debería ser el puntal de esta estrategia, acercando a nuevas empresas al financiamiento. En tal sentido, debería estudiarse una modificación al marco legal existente, que limite el sistema de incentivos fiscales y los ate a la generación de resultados específicos. Un ejemplo de ello sería ligar la desgravación impositiva a la generación de nuevos sujetos de crédito, la ampliación del crédito en el ámbito regional, la creación de nuevos instrumentos financieros, la extensión de los plazos medios del crédito, entre otras opciones. Este mecanismo de incentivos permitiría generar mayores beneficios para el sistema al tiempo que desalentaría a quienes sólo se ven interesados en obtener los beneficios fiscales. Para asegurar el éxito de este tipo de iniciativas es fundamental la acción de supervisión y control, tanto en el marco de la SEPYME como del BCRA o de alguna institución específica que se ocupe de la cuestión.

(1) Primera parte del extracto del estudio de Matías Kulfas, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Santiago de Chile, Junio de 2009.