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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 66 - Febrero 2003
Management
La Gestión por Procesos: un desafío gerencial
La Gestión por Procesos (GPP) enfoca la organización como un sistema interrelacionado de procesos que contribuyen en conjunto a incrementar la satisfacción del cliente. El autor de este artículo subraya que "las reingenierías, cuando tienen éxito, producen un salto cualitativo equivalente a varios años de progreso continuo".
Autor: Dr. Claudio Ariel Federico Lewis
Docente en la ECC del CPCECABA.
Docente Universitario y Consultor y Asesor de Empresas

 

La experiencia japonesa, sobre todo en los años setenta y ochenta, con sus métodos de trabajo en equipo y la participación de todo su personal en las mejoras empresariales, popularizó las ventajas obtenidas en la revisión y el retoque continuo de los procesos empresariales.

Kaoru Ishikawa difundió por todo el mundo su modelo de "Método sistemático o científico de mejora de procesos". Sintéticamente, este modelo se basa en el recorrido de una serie de pasos o etapas, desde la detección de un problema o de una posibilidad de mejora (dependiendo de que el motor sea una serie de defectos detectados o una nueva posibilidad tecnológica organizativa), pasando por su estudio en busca de las causas, de posibles perfeccionamientos o soluciones, la elección de la solución o conjunto de soluciones apropiadas, hasta llegar a la implantación y a la medición de las mejoras conseguidas.


La característica más importante de este método es el continuo y recurrente uso de las medidas y de los datos objetivos para la detección de los puntos a mejorar, para confirmar el hallazgo de la causa real de los defectos detectados, para verificar que la solución tomada haya sido la adecuada y para la valoración de la mejora alcanzada.


Con este método, numerosas organizaciones han conseguido incrementos de productividad del orden del 5 al 15% en determinados procesos en plazos inferiores a un año, ya sea por mejora en los rendimientos, por disminución de defectos o por una combinación de ambos factores.


Las reingenierías, cuando tienen éxito, producen un salto cualitativo equivalente a varios años de progreso continuo y, a veces, van más allá de lo que se conseguiría con los métodos de mejora progresiva. Esto implica riesgos, que deben estar compensados por los beneficios a obtener, por lo que es obligatorio que los proyectos de reingeniería (como todos los proyectos de cambio para la gestión de la organización) estén impulsados por los requisitos del mercado y de los clientes finales, que ya no se conforman con las características básicas y similares que ofrece el espectro de competidores, sino que buscan iniciativas atractivas e innovadoras que produzcan la mayor satisfacción posible al precio más bajo.


Si bien en su momento estas ideas nacieron para las organizaciones con fines de lucro (empresas), pueden ser usadas para administrar, gestionar y diseñar modelos en cualquier tipo de organización, ya que, desde otro punto de vista, las que son sin fines de lucro también deben apuntar a la eficiencia.

La Gestión por Procesos (GPP)


Las organizaciones son tan eficientes como lo son sus procesos. La mayoría de las que han tomado conciencia de lo planteado han reaccionado ante la ineficiencia que representan las organizaciones departamentales, con sus nichos de poder y su inercia excesiva ante los cambios, potenciando el concepto de proceso.


Tradicionalmente, las organizaciones se han estructurado sobre la base de departamentos funcionales que dificultan la orientación hacia el "cliente". La Gestión por Procesos (GPP) percibe a la organización como un sistema interrelacionado de procesos que contribuyen en forma conjunta a incrementar la satisfacción del cliente.

La GPP coexiste con la administración funcional, asignando "owners" (dueños) a los procesos, haciendo posible una gestión generadora de valor. Determina qué procesos necesitan ser mejorados o rediseñados, establece prioridades y provee de un contexto para iniciar y mantener planes de mejora que permitan alcanzar los objetivos establecidos. Hace posible la comprensión del modo en que están configurados los negocios; así, se pueden detectar fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (análisis FODA).

La importancia de los procesos fue apareciendo de manera progresiva en los modelos de gestión empresarial. No irrumpieron con fuerza como la "solución mágica de todos los problemas", sino que se les fue considerando poco a poco como medios muy útiles para transformar a las organizaciones y que éstas pudieran adecuarse a sus mercados y a su entorno competitivo.
Para favorecer su comprensión, se hace necesario explicar términos como "proceso", "cliente interno" o "cliente externo":

"proceso": conjunto de actividades secuenciales que realizan una transformación de una serie de inputs (material, mano de obra, capital, información, etc.) en los outputs deseados (bienes y/o servicios, información relevante, etc.) añadiendo valor;

"cliente interno": individuo, sector o cualquier unidad identificable dentro de la organización que recibe productos, servicios o información para utilizarlos en su trabajo;

"cliente externo": es el consumidor (clientes) final, el que disfruta de los productos o servicios que brinda la organización.
De acuerdo con las consideraciones efectuadas, puede decirse que el enfoque de procesos se basa en:


La estructura de la organización sobre las base de procesos orientados a "clientes externos".

El cambio de estructura organizativa de jerarquía plana.

Los departamentos funcionales pierden su razón de ser y existen grupos multidisciplinarios que trabajan sobre los procesos.

Los colaboradores (empleados) tratan de concentrarse más en las necesidades de los clientes, ya sea externos o internos (según la posición que ocupen dentro de la organización) que en los estándares establecidos.

Empleo de la tecnología para eliminar actividades que no agreguen valor.

El enfoque enunciado anteriormente presenta varias ventajas, dentro de las cuales pueden citarse:

Alinea los objetivos de la organización con las expectativas y necesidades de los clientes externos e internos.

Muestra la creación de valor en la organización.

Señala cómo están estructurados los flujos de materiales y de información. En este sentido se necesita un apoyo logístico que permita el estudio del flujo de materiales y el flujo informativo asociado, desde los suministradores (genéricamente llamados "proveedores") hasta los receptores (clientes).

Indica cómo se hace realmente el trabajo y cómo se articulan las relaciones "proveedor- cliente" entre funciones.

Orienta a brindar un producto para un determinado nivel de satisfacción de las necesidades y los requerimientos de clientes; representa el medidor fundamental de los resultados de las organizaciones, lo cual se obtiene con una eficiente gestión de aprovisionamiento y distribución oportuna que responde a la planificación del proceso.

Estrategia de Mejoramiento de los Procesos (MP)

Cuando no se observa la totalidad de los procesos, lo que se tiene es un grupo de pequeñas unidades que se evalúan sobre la base de objetivos que no están sintonizados con las necesidades totales de la empresa. Esto, indudablemente, conduce a la sub-optimización de los recursos empleados. Así es como nace la estrategia del MP, en la cual se trata de garantizar el uso eficiente y efectivo de los mencionados recursos: personas, tiempo, equipos, capital, inventarios, etc.


Los tres objetivos más importantes del MP son:

Hacer efectivos los procesos, generando los resultados deseados.

Hacer eficientes los procesos, minimizando los recursos empleados.

Hacer los procesos adaptables, teniendo la capacidad para amoldarse a los clientes, cuyas necesidades y preferencias se renuevan constantemente.

Una correcta estrategia de MP proveerá a la organización de ciertas características, entre las que es posible mencionar:

Permitir centrarse en los clientes externos sin descuidar la satisfacción de los clientes internos.

Permitir predecir y controlar los cambios.

Aumentar la capacidad para competir, mejorando el uso de los recursos disponibles.

Suministrar los medios para realizar, en forma rápida, cambios importantes hacia actividades muy complejas.

Brindar apoyo para que se manejen de manera correcta las interrelaciones de la organización con las demás partes de su entorno, además de los clientes externos, como ser: proveedores, competidores, potenciales clientes, productos sustitutos, etc.

Ofrecer una visión sistemática de todas las actividades que se realizan.

Prevenir posibles errores, promoviendo el establecimiento de puntos de control.

Minimizar las demoras.

Una vez detectados los errores, proponer metodologías para prevenirlos o corregirlos.

Facilitar la comprensión de cómo se convierten los insumos en productos, así como también aportar herramientas para medir los costos de la "No Calidad", como ser los desperdicios, los retrabajos, la duplicidad de tareas en distintas áreas, etc.

Eficientizar el uso de los activos.

Reducir el exceso de personal.

Promover cualquier otra acción propia de cada organización que apunte a la efectividad, eficiencia y adaptabilidad de los procesos.

El Mapa de Procesos

Las organizaciones buscan constantemente la forma más eficiente de abordar las innovaciones. Con esta premisa aceptada han surgido varios modelos de gestión basados en los procesos. Por su aceptación extendida, por los resultados que están dando y por su integración creciente con otros modelos de gestión, como el Marketing Relacional y el Modelo Europeo de Excelencia Empresarial (EFQM), hay básicamente dos modelos que actualmente han tomado cierta trascendencia: por un lado, el Mapa de Procesos, y por el otro, el Cuadro de Mando Integral (Balance Scorecard). A los fines de este trabajo, sólo daremos una breve idea del primero, que está más íntimamente relacionado con los temas desarrollados, pues el segundo es una herramienta integral de Control de Gestión, y existe abundante bibliografía al respecto.


Se puede resumir la aplicación del Mapa de Procesos en los siguientes pasos:

a) La organización acepta previamente una clasificación genérica de los procesos en tres categorías: estratégicos, operativos y de apoyo o soporte. Dentro de cada categoría, según la importancia de cada uno de los procesos, puede dárseles un rango de "prioritarios" o "secundarios".
Procesos estratégicos: son los destinados a definir y controlar las metas, objetivos, políticas y estrategias de la organización. Son gestionados directamente por la alta dirección.
Procesos operativos: están destinados a llevar a cabo las acciones que permitan desarrollar metas, objetivos, políticas y estrategias de la organización para dar satisfacción a los clientes. De estos procesos se encargan los responsables funcionales, y se debe seleccionar un "dueño de proceso", que debe contar con la cooperación de los otros responsables funcionales y de sus equipos humanos.
Procesos de apoyo o soporte: no están directamente ligados a las acciones de desarrollo de los procesos operativos, pero su rendimiento influye de manera significativa en la performance de dichos procesos operativos.

b) La organización analiza el núcleo de sus actividades, identifica sus procesos y los coloca en cada uno de los tres grupos mencionados en a). Una vez repartidos los procesos, la atención de la organización se centrará en el grupo de los procesos operativos.

c) La organización relaciona los procesos en secuencias ordenadas, agrupadas alrededor de los procesos prioritarios. Estos requerirán el concurso de procesos secundarios realizados de forma eficiente para desarrollarse con un alto rendimiento.

d) Para poder gestionar los procesos, la organización ha de realizar un despliegue detallado de los mismos. Este despliegue puede comprender:

Desarrollo de subprocesos, con relaciones entre los mismos.

Matrices de relación de los procesos y subprocesos, con la indicación de los dueños de proceso, clientes y proveedores de cada uno de ellos.

Gráficos o esquemas de los procesos, donde se detalle cómo fluye la información dentro de la organización, señalando inputs, ouputs, almacenamiento de datos, puntos de control, hasta su vinculación con el "cliente" (interno o externo) de cada proceso.

Este modelo, al aportar un orden en el manejo de los procesos, y al ser necesaria la documentación exhaustiva de los mismos, ha sido adoptado por muchas empresas que siguen el modelo gestional de TQM (Total Quality Management) o Gestión Total de la Calidad, en el que la documentación de los procesos es uno de sus pilares fundamentales.

Con la mira en el cliente


Todo lo que actualmente se hace en las organizaciones se realizará mejor si se pone el "ojo" en los distintos procesos. Los gerentes han menospreciado la capacidad de los colaboradores para generar respuestas libres de errores, abrumándolos con actividades obsoletas, dispendiosas y burocráticas, tratando de formar gigantescas estructuras de poder como fin individual. Llegó el momento de darles a los colaboradores la batuta en la ejecución y diseño de los procesos con la "mira" puesta en el cliente y su satisfacción.


Y es en este contexto donde nosotros, los profesionales en Ciencias Económicas, podemos y debemos intervenir para ayudar a que las organizaciones mejoren continuamente los productos y servicios que brindan, satisfaciendo constantemente las expectativas siempre renovadas de los clientes. Este criterio, a la postre, redundará en un mejor nivel de vida para toda esta sociedad.

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