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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 72 - Octubre 2004

Debate interdisciplinario
La necesidad de costeo en la actividad aseguradora

"Los actuarios no se han visto compelidos a considerar la determinación de que existen caminos que a posteriori les permitirán establecer si la tarifa elaborada (para un seguro) es consistente, pues su función no debe terminar con la confección de tarifas, y alguna de estas sendas evidentemente los conduciría a aplicar y elaborar mejores tarifas con la asistencia de los costos resultantes", sostiene el autor de este artículo
Autor: Dr. Dr. Raúl A. Guardia
Miembro de la Comisión Actuación Profesional en Entidades Aseguradoras, AFJP y ART

 

Pronto se cumplirán cinco años del inicio del tercer milenio de la era cristiana, y llama la atención que, a pesar de la aplicación de medios novedosos, como la computación, y mejores auxiliares de cálculo que permiten un fluido desempeño, aún se insista en recorrer experimentados y clásicos senderos que no certifican con precisión la realidad.

Se ha avanzado en seguros, en la confección de tarifas a aplicar en los ramos de vida y también de no vida, pero todavía falta lograr la conexión que permita en forma dinámica certificar permanentemente las rectificaciones de esas tarifas en función de la cambiante realidad del día tras día. Por supuesto, esto fue siempre alcanzable antes de ahora, y lo es con mayor facilidad en el presente.


Las tarifas elaboradas con cuidadosa profesionalidad por los actuarios no son más que la expresión de un coste predeterminado, vale decir, un coste establecido a priori, cuya estimación debe ser corroborada por la realidad, y esta certificación es de la que ni los profesionales, ni los empresarios quieren hacerse cargo para verificarla, es decir, no están interesados en conocer si el trabajo profesional es el adecuado y si es correcta su aplicación en los negocios que se producen en el mercado.


Es evidente que los actuarios no se han visto compelidos a considerar la determinación de que existen caminos que a posteriori les permitirán establecer si la tarifa elaborada es consistente, pues su función no debe terminar con la confección de tarifas, y alguna de estas sendas, evidentemente, los conduciría a aplicar y elaborar mejores tarifas con la asistencia de los costos resultantes.


Pues, en verdad, existe una considerable variedad de costeos, cuya instrumentación los acercaría a establecer los desempeños tarifarios con mejor precisión, y les permitiría variar las tarifas, acorde con los resultados de una aplicación cuidadosa del costeo y sus sistemas contables pertinentes.


Es axiomático: el coste fundamenta al basamento que posibilitará cuantificar el precio de los productos y de los servicios, porque ofrecer productos o servicios a precios de venta por debajo de su nivel de coste solamente ocasionará el posterior quebranto y fracaso del emprendimiento, y he aquí la evidencia de que la labor actuarial de predeterminar tarifas debe complementarse con el logro de costos resultantes de base cierta.

Esfuerzo conjunto

No es menos alentadora la posición del órgano de contralor, que no les asigna al coste y a su demostración contable un rol de alguna importancia, pues su enfoque se orienta hacia la cuantificación de la solvencia de la empresa y no al rol dinámico de la valorización e importancia del coste de la explotación.


Los actuarios deben considerar seriamente la implementación de sistemas contables que les permitan establecer con certeza los desvíos que conllevan sus tarifas, y para ello deben recurrir a los profesionales especialistas en costeo, los que, mediante sistemas adecuados, puedan facilitar esta tarea que necesariamente debe ser conjunta, y en la que no descarto la también necesaria ayuda de otras especialidades profesionales, tales como la medicina y la ingeniería.


Los resultados de la aplicación de técnicas uniformes de costeo que tengan base en normas acordadas de funcionamiento mejorarían la calidad del servicio y la fortaleza empresarial tan necesaria en los tiempos actuales.


La contabilidad especializada en costeo puede encauzar los esfuerzos conjuntos de actuarios, contadores y administradores, y será una herramienta adecuada para encontrar la necesaria fortaleza de los cimientos de una actividad eminentemente social y a la cual no se le ha dado la valorización que le corresponde.


Es necesario que exista un grado compatible de la colaboración entre los profesionales que intervengan en la implementación de sistemas de costeo, que, con el aporte del conocimiento, den cimientos a un herramental que asegure el desempeño solvente de una actividad muy castigada por reglamentos a veces absurdos, y que en los últimos tiempos no ha logrado impedir abusos que han comprometido su actuación.


La contabilidad de costos, debidamente orientada, proporcionará un valioso aporte, ya sea para establecer costos resultantes, normalizados, estimados o presupuestados, y también para el logro de estándares que, sin duda, establecerán un grado de perfección en los logros.


La evaluación de los resultados de la aplicación de sistemas coherentes se reflejará en tarifas justas que beneficiarán a los asegurados, a las empresas, a los profesionales intervinientes, y facilitarán también el contralor cierto de la actividad.


Resulta necesario que el Consejo Profesional, con la participación de la Facultad de Ciencias Económicas y, necesariamente, de la Superintendencia de Seguros de la Nación, encaren el problema sin preconceptos, de tal modo que de la labor conjunta surjan recomendaciones que permitan valorizar la aplicación de medidas prácticas que posibiliten mejoras respecto del presente.


Si ello resulta así, podremos comprobar la utilidad de confrontar conocimientos, cuya interrelación fructificará, y que ayudarán a mejorar el nivel social de su rol

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