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Publicaciones - Universo Económico

UE Nº 82 - Octubre 2006

El sistema tributario argentino
No es tiempo de reformas

El autor sostiene que no se puede correr el riesgo de modificar el esquema actual y perder "recaudación". Los impuestos más criticados son aquellos que aseguran un piso de ingresos para el Estado, y solamente cuando la economía haya alcanzado cierta madurez será tiempo de planear una reforma.
Autor:
Dr. José Julio Bugueiro

Vicepresidente de la Comisión Estudios sobre Finanzas Públicas
Desde hace más de un año se viene analizando en esferas oficiales una reforma de nuestro sistema tributario, aunque varias veces el Poder Ejecutivo la difundió y otras tantas la desmintió.

Debemos precisar que todo sistema tributario tiene como meta alcanzar una razonable presión sobre los agentes económicos a fin de obtener una recaudación adecuada a las necesidades del gasto público, aun con impuestos distorsivos cuyo rendimiento contribuye a dicha recaudación.


Si lo mencionado precedentemente es válido, una futura reforma de nuestro sistema tributario debería encarar la eliminación de los impuestos distorsivos que se encuentran en vigencia y son aquellos que recaen: 1°) sobre los créditos y débitos en cuentas bancarias; 2) sobre la ganancia mínima presunta; 3) sobre las exportaciones a través de retenciones.


Estos tres gravámenes tienen un rendimiento recaudatorio importante y algunos con bajo riesgo de evasión. De éstos debemos precisar que el régimen de retenciones a las exportaciones cumple hoy, por razones macroeconómicas, la función de equilibrar los precios externos con los precios internos por efecto del tipo de cambio.


De acuerdo con ello, la derogación de los dos primeros tributos mencionados ocasiona dificultades, dado que se reduce la recaudación y en consecuencia debe buscarse la forma de que ello no ocurra y además que no aumente el riesgo de evasión.


Actualmente, se trata de compensar la recaudación que se perderá a través de aumentar las alícuotas de los impuestos vigentes o imponer un nuevo tributo, pero ello traerá aparejado un aumento del riesgo de evasión.


Como conclusión creemos que, en el momento actual, la tarea más importante debe plantearse, por un lado, consolidando un mejor rendimiento del sistema tributario en vigencia a través de una lucha frontal contra la evasión y, por el otro, con el uso eficiente de esos recursos para alcanzar una distribución más justa.


Si esta premisa se cumple, y nuevas inversiones generan aumento de la recaudación, se asegurará un superávit fiscal en el tiempo. En ese momento estaremos en condiciones de comenzar a analizar el diseño de nuestro sistema tributario de manera más objetiva, no sólo para derogar impuestos distorsivos, sino para modificar otros, de acuerdo con los principios de equidad y neutralidad, que deberán ser alcanzados para impulsar el desarrollo y una distribución más justa del ingreso.

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